El pleito del obispo por la mercancía revela que el Honor naufragó en Xove en 1544

s. serantes VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME F. RAMALLAL

El ciclo de arqueología marina de Viveiro desvela misterios del pecio que halló una draga

12 nov 2018 . Actualizado a las 17:02 h.

Como otras investigaciones arqueológicas, la del pecio de Xove sería un buen guion de película. Todo comenzó en torno al 2007, cuando una draga se desvió de donde preparaba el tendido del emisario submarino de un criadero de rodaballo. Más tarde se supo que había extraído restos de vajillas, de armas y del casco de un barco. Contratado por la Xunta, un equipo de Argos Arqueología hizo una prospección en el 2008. Con los vestigios como indicios, inició un rastreo por archivos y, apoyado por especialistas multidisciplinares, ha conseguido desvelar parte de los misterios. El pleito del obispo de Mondoñedo por la carga que se quedaron vecinos de Viveiro, Celeiro y Portocelo ha hecho posible reconstruir parcialmente la historia. Se llamaba Honor, era un buque comercial que se hundió el 24 de septiembre de 1544 en medio de una galerna, cuando transportaba lujosas telas y armamento, probablemente desde Amberes, quizás hacia Viveiro o hacia A Coruña.

David Fernández Abella, gerente de Argos, detalló en la charla de clausura de las II Jornadas de Historia y Arqueología Marítima de Viveiro cómo fueron encajando las piezas de un puzle histórico que afloró en el 2005. Durante una prospección previa a la instalación de un emisario submarino del criadero de rodaballo de Morás, encontraron un cuenco de los siglos XV o XVI que se consideró aislado. Por una arqueóloga supieron a finales del 2007 que la draga que trabajó en la instalación del emisario había extraído en la ensenada de A Coba platos, fuentes, piezas de artillería y madera de un posible naufragio medieval.

Comunicaron el hallazgo a la Xunta, que encargó a Argos una prospección. Acompañados de un trabajador de la draga, dos arqueólogos se sumergieron en marzo del 2008. Localizaron más vestigios y, con un detector de metales, hicieron un croquis del pecio. Al acabar la inmersión se enteraron de que en el puerto de Morás habían abandona un saco con más material extraído por la draga. Suponían que correspondía a un naufragio del siglo XVI.

«Una nao de Flandes»

A partir de ahí empezaron a rastrear archivo para documentar el naufragio. En el archivo diocesano de Mondoñedo, «la llave del cofre del tesoro» se la dio el fallecido Enrique Cal Pardo, cuya figura ensalzó ayer en su Viveiro natal el arqueólogo subacuático Fernández Abella. En un libro escrito en 1546, López Frías mencionaba un pleito del obispo mindoniense Antonio de Guevara por las sedas, paños y tapices y otras mercancías de una «nao de Flandes que dio al través en tierras de su señoría». En el archivo de Valladolid localizaron el pleito original, 1.192 páginas.

Con cooperación de investigadores de varios países, por las marcas de la vajilla, las piezas de artillería y los restos de ballestas concluyeron que el pecio cubierto por arena en Xove es de un barco de entre 20-22 metros de eslora que transportaba productos textiles de calidad (rasos, tapices...) y manufacturas metálicas (armas, ballestas de caza, alfileres de tocador femeninos...). Según las crónicas históricas, parte se los quedaron vecinos de Portocelo, Celeiro y Viveiro. El obispo Guevara consideraba que la mercancía pertenecía a la Iglesia. Él falleció un año después del naufragio, en 1545, y el pleito se resolvió en 1559. La procedencia exacta y el destino del Honor aún están por concretar.

Ya preparan el tercer congreso sobre patrimonio subacuático

Ayer cuando remató en el salón de usos múltiples del Concello el congreso de arqueología marítima que organiza el Concello de Viveiro y la Federación Española de Actividades Subacuáticas (Fedas). Jesús Fernández, concejal de Mar de Viveiro; y Antón López, de Fedas y coordinador del simposio; se alternaron en la presentación de las nueve ponencias y en los posteriores coloquios con el público. Haciéndose eco de las impresiones que les transmitieron los ponentes y los asistentes, ambos coinciden en que el foro se ha consolidado. De hecho ya cuentan con ponentes para la tercera edición. Además de Abella, ayer Covadonga López habló del Museo Massó de Bueu y Susana Ricart de las excavaciones de Candoval, en Mugardos.