Escouridal, la gran cascada de Galicia

Yolanda García Ramos
yolanda garcía ALFOZ / LA VOZ

A MARIÑA

YOLANDA GARCÍA

Después de caminar kilómetro y medio, nos encontramos con una «fervenza» en todo su esplendor

28 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«A fervenza do Escouridal, a máis alta de Galicia». Así recibe el panel del Concello de Alfoz al visitante que decide un buen día de verano descubrir rincones en A Mariña. En la parroquia de Pereiro, es la «puerta de entrada» a un camino de kilómetro y medio, bien acondicionado y ancho y con una pendiente final de agárrate. Un poco más adelante descubriremos que sirve para ir entrenándose con respecto a lo que falta por venir. El sendero se estrecha y se adentra en el bosque más frondoso pero unas cuerdas fijas ayudan a que la bajada sea más llevadera. Y llegamos al punto clave, en el que se empieza a vislumbrar el encanto de esta cascada. Pero para verla en toda su magnitud será preciso echar mano del espíritu aventurero y con ayuda de otra cuerda hacer una miniescalada por moles de rocas graníticas que parecen guardianes. La panorámica final es digna de admirar, y de fotografiar, con cuidado de mirar donde uno pisa pues en el lado extremo el afluente del río Ouro, el Guilfonso, sigue su curso por diferentes pozas y toboganes como su tramo anterior.

La cascada, de unos 80 metros desde su punto más alto, divide Alfoz y O Valadouro y está en la falda de la Serra do Xistral, sierra también destacada por sus turberas, unas de las más importantes de Europa. Aunque ahora es el agua la que nos hipnotiza, si bien no es justo el momento ideal de caudal. «En primavera, por abril ou maio, está preciosa. E no outono está tamén bonita polas cores dos árbores autóctonos do monte», señala Xabier Pardiñas, concejal de Cultura del Concello de Alfoz, ayuntamiento que mejoró la señalización desde el año pasado, así como el acceso hace tres. Ahora tienen «un proxecto que está en Augas de Galicia para que nos dean permiso para facer un miradoiro de madeira para ter unha vista enfrente da fervenza e para poñer escaleiras de madeira e unha pasarela», en el tramo final, señala Pardiñas. Subraya que la altitud de la cascada fue medida con GPS: «Non é caída libre de agua, efectivamente, senón de caída en diferentes pozas ou caldeiras como lles chama a xente, que a fan máis espectacular sobre todo cando ten moita agua. Vina por primeira vez hai uns 18 anos, nunha aventura cos amigos». Cada vez preguntan más por ella en la Oficina Municipal de Turismo, nos confirma.