A gritos de «¡guapa, guapísima!» fue recibida la reina en Mondoñedo, de donde salió cargada de dulces y obsequios
05 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«¿E de cor irá vestida?» Apuestas detrás de la valla a la espera de Doña Letizia. Quien cotillea son un grupo de jóvenes que aciertan con el vestuario: beige, crudo o blanco, ¡y con pantalones por supuesto! Hablar del estilo de la reina de España es tema obligado en una recepción como la de ayer, en Mondoñedo, donde el público esperó en la calle desde hora y media antes de la llegada de la comitiva al instituto San Rosendo.
La expectación crecía con la llegada de cada coche oficial. «¡Atendede, parece que ven aí!». Fallo; era el conselleiro de Educación, quien minutos después fue también testigo de la sonora concentración en contra de la Lomce. «¡Pois a min non me parece ben que veñan hoxe protestar aquí». Una señora de mediana edad teme que la concentración empañe la visita real en una mañana en la que el sol se abre camino obligando a tirar de viseras improvisadas: «¡Estes gritos póñenme nerviosa!», lamenta otra mujer. «Estente tranquila que con toda a policía que hai non vai pasar nada» le responde el hombre que la acompaña. A solo dos metros, tres jóvenes critican la falta de ayudas para estudiar y lo caros que son los libros.
Menos sitio libre
Y mientras, el público sigue de cerca cómo las fuerzas del orden cambian la protesta de sitio y habilitan un espacio para usuarios del centro San Pablo. «¿Dónde puedo colocar a Manoliño?», pregunta un señor que acerca a un anciano en silla de ruedas. Cada vez queda menos sitio libre detrás de la valla que separa la calle de la acera, donde se agolpan vecinos de Mondoñedo, de Foz, Barreiros, Ribadeo, San Cibrao, Lugo... Todos quieren ver o saludar a la reina. «Este é o da Deputación; é da Pontenova», apunta una señora en voz alta: «E mirade alí, está fotovideo Miguel, ¡entre todos os fotógrafos de Madrid!».
Los más avispados enseguida detectan los primeros regalos: «Traen unha tarta... ¡da Alianza!». Son las 11.20 horas y las tertulias más animadas se dan en grupos de edades diferentes. «Seguro que Letizia xa está en Mondoñedo, ¿en qué chegaría?», pregunta una joven. «A autovía está hoxe aberta, pero dixéronme que aterrizara o helicóptero no campo de fútbol. ¡Seguro que se levantou máis tarde ca nós!». El público sigue de cerca cómo se van acreditando los numerosos periodistas que cubren el acto: «¡Esa é a zona VIP», apunta otra joven, que también es la primera en confirmar que quien se baja del coche es Núñez Feijoo. Es recibido con cánticos: «¡Presidente, presidente!». «¡Guapo!» le grita una señora. A su lado, la misma joven comenta en alto: «Voy a anunciar que llegó Feijoo». Lo wasapea y sube la foto. Y mientras suenan los gritos contra la Lomce, comienzan a izarse las cámaras, los móviles, las tabletas... Doña Letizia se baja del coche oficial y recorre toda la fila donde se concentran casi cuatrocientas almas. «¡É máis guapa que na tele!», «¡Xa che dixen eu que viña de pantalón, ao Norte sempre veñen de pantalón!», «¡Letizia, un bico para este neno por favor!»... La reina saluda y se detiene más donde hay menores. A pocos metros le siguen Feijoo y la regidora: «¡Guapísima Letizia, e ti tamén guapa Elena!».
El público aguardó frente al instituto hasta el final de la visita. «¿Ti sabes cal foi a sorte dela? Que embarrancara o Prestige. Foi cando os reis se namoraron...», le espeta un septuagenario a otro que confiesa que esperaba más gente en el acto. «Pois eu viña facer unhas placas ao ambulatorio e estaba estropeado e maquinillo e dixen, ¡vou ata alí!», confiesa otro. En otro grupo el tema de conversación es la alcaldesa: «Traendo a esta xente pode aproveitar para pidir cousas».
La llegada de la corporación y la presencia de alumnos genera aplausos, pero nadie se mueve del sitio porque quieren despedir a Doña Letizia. En otro extremo, con menos público, un guardia real le pregunta a una vecina: «¿Qué le ha parecido la reina?».