El pueblo calé crece sin descanso y su media de edad ronda los 20 años
11 feb 2013 . Actualizado a las 07:02 h.Lugo envejece a pasos agigantados porque cada vez nacen menos niños. El panorama demográfico es demoledor, pero hay una excepción: los gitanos. A principios del siglo XX, en la provincia solo vivían dos calés. Eran Manuel Montoya y su mujer, María Camacho, apodados Os Santos, que recorrían en carromato los caminos haciendo cestos, vendiendo caballos o comprando burros. De alguno de los diez hijos que tuvo la pareja descienden la mayoría de los gitanos que viven hoy en día en diferentes municipios lucenses, como la capital, Viveiro, Sarria, Monforte o Rábade. Y suman más de 1.500, según se desprende de los datos estadísticos de la Asociación Promoción e Integración Xitana, que lleva cerca de tres décadas ayudando a la comunidad.
«O crecemento vexetativo é completamente diferente ao da poboación maioritaria, posto que no caso dos xitanos trátase dunha poboación nova, cunha idade media de 20 anos», señalan fuentes del colectivo, cuyos estudios no contabilizan a los integrantes de otras comunidades gitanas que están afincadas en Lugo, pero proceden de otros lugares de España o de países como Portugal o Rumanía.
crónica la otra cara de la crisis demográfica en la provincia