PLAZA PÚBLICA | O |
25 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.NUNCA tantas candidaturas formadas por agrupaciones vecinales han concurrido a unas elecciones, y aunque algunos puedan creer lo contrario, otros muchos comparten la opinión de que es un claro síntoma del divorcio entre los partidos y los intereses de los ciudadanos. Y la tendencia irá a más, lo que debería hacer reflexionar a los políticos. Crispación y golpes de efecto están al día en una época peligrosa porque se vende a los posibles electores lo divino y lo humano. Qué fácil es olvidar, unos que fueron gobierno, otros que fueron oposición. En realidad, incluso dentro de las propios partidos a nivel comarcal lo que realmente se dirime es un juego de parcelas de poder. Un político decía ayer que los ciudadanos aprendieron la lección, «agora saben ben cando hai que pedir». Lamentable haber llegado a este punto. Nuestros ¿próceres? se merecen un correctivo por enzarzarse en discusiones bataneras mientras gran parte de la comarca sigue aislada, encorsetada en ese «gran potencial de su potencial económico» que no despega nunca. Dejen de vender burras y sean honestos con los ciudadanos, y consigo mismos. Sin populismos baratos.