El Spreepark de Berlín, un parque de atracciones de la época soviética

patricia baelo BERLÍN / E. LA VOZ

AL SOL

El Spreepark es un parque de atracciones construido por el régimen de la extinta RDA en el distrito de Treptow-Köpenick, e inaugurado en 1969
El Spreepark es un parque de atracciones construido por el régimen de la extinta RDA en el distrito de Treptow-Köpenick, e inaugurado en 1969

Se ha convertido en un símbolo de la transformación que experimenta Berlín desde finales del siglo pasado

30 ago 2019 . Actualizado a las 09:11 h.

Berlín no es monumental al estilo de París o Roma, ya que la Segunda Guerra Mundial arrasó gran parte de la ciudad. Sin embargo, su encanto reside en sus múltiples rincones abandonados que rebosan historia. Uno de ellos es el Spreepark, un parque de atracciones construido por el régimen de la extinta RDA en el distrito de Treptow-Köpenick, en el extremo sureste, que se ha convertido en un símbolo de la transformación que experimenta Berlín desde finales del siglo pasado.

Inaugurado el 4 de octubre de 1969 con motivo del 20.º aniversario de la República Democrática Alemana bajo el nombre de Parque Cultural Plänterwald, se consagró como el principal centro de eventos de la época comunista, con 1,7 millones de visitas anuales. Tras la caída del Muro, en 1989, y la reunificación del país, las autoridades quisieron transformarlo en un parque de corte occidental. Prácticamente todas las atracciones desaparecieron, salvando la noria. Pese a la inversión de unos 40 millones de antiguos marcos germanos, la cifra de visitantes cayó hasta los 400.000.

En el 2001 la empresa encargada de gestionarlo se declaró en quiebra, y el parque de atracciones soviético echó el cierre para siempre. Desde entonces, y ante la falta de inversores, la superficie de 23 hectáreas ha estado rodeada a partes iguales por el mito y la desidia. Pronto se convirtió en escenario de las raves y en objeto de deseo de artistas de todo tipo. Muchos se han atrevido a desafiar a los vigilantes de seguridad y burlar la valla de entrada. Pues bien, desde este verano y hasta el próximo noviembre es posible volver a acceder al parque de manera legal gracias a la empresa Grün Berlin, que organiza visitas guiadas con el fin de dar a conocer la historia del lugar. Por cinco euros en el caso de los adultos y tres en el de los niños es posible reencontrarse con los cochecitos amarillos de la montaña rusa acuática.