La pareja avanza en su relación rodeada de rumores sobre un posible embarazo de la cantante
19 jul 2019 . Actualizado a las 16:07 h.«Pobre Irina, qué cierto es aquel refrán de que los ricos también lloran», me comenta mi amiga Laura, un poco impactada por cómo ha terminado la relación entre Bradley Cooper y la modelo rusa. Les confieso que yo estoy mucho más curado de espanto y estos temas me sorprenden mucho. El caso es que el actor dejó a la madre de su hija por la cantante Lady Gaga, con la que protagonizó un momento en la gala de los Óscar que ya levantó muchas sospechas (además de la cara de enfado de la modelo, que vio desde el patio de butacas la escena).
La novedad ahora es que la nueva pareja, Bradley y Lady Gaga, ya viven juntos en Nueva York en el apartamento del actor. Y aún está por confirmar si realmente la cantante está embarazada o no, como se rumorea desde hace semanas. En fin, todo un culebrón al puro estilo Hollywood.
El actor y director Bradley Cooper y la modelo Irina Shayk rompieron su relación en junio tras cuatro años juntos, según anunció en su día la revista People. Cooper y Shayk, que tienen una hija en común nacida en 2017, decidieron separarse de manera amistosa, según dijeron en su momento las fuentes citadas por esta publicación.
Shayk, rusa de 33 años, y Cooper, estadounidense de 44, comenzaron a salir en 2015 después de que ambos rompieran con sus anteriores parejas: ella, con el futbolista portugués Cristiano Ronaldo; y él, con la actriz británica Suki Waterhouse. Cooper había estado casado previamente con la actriz y bailarina Jennifer Esposito y además mantuvo una relación sentimental con la también actriz Renée Zellweger.
La ruptura de la pareja formada por Cooper y Shayk llega después de meses de rumores y especulaciones en la prensa rosa de Estados Unidos sobre si su relación iba por buen camino o si pasaba por una crisis.
Conocido por sus papeles en cintas como Silver Linings Playbook (2012), American Sniper (2014) o la trilogía de The Hangover, Cooper triunfó con su debut como director en A Star is Born (2018), un nuevo remake de este clásico del drama musical que en esta ocasión coprotagonizó junto a Lady Gaga.
Esta película fue una de las sensaciones de la gran pantalla el año pasado y se llevó un Óscar a la mejor canción original por Shallow. Cooper ha estado nominado en siete ocasiones a los premios de la Academia de Hollywood, pero en ninguna ocasión ha logrado llevarse a casa la estatuilla. Por su parte, Shayk es una modelo de fama mundial que ha desfilado, entre otras, para firmas como Versace, Diane von Furstenberg, Desigual o Victoria's Secret.