Defreds: «Siempre me ha gustado escribir cerca del mar»

AL SOL

M.MORALEJO

El vigués recibe unas doscientas fotos de sus libros al día

21 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si a su frase más conocida, le añadiera verano, Jose A. Gómez Iglesias, Defreds (Vigo, 1984), la completaría diciendo que «ojalá siempre el verano... sea para disfrutar». El escritor de prosa poética vigués, con cinco libros publicados y a punto de llegar a los 500.000 seguidores en Instagram, tiene en esta época uno de sus nichos de ideas.

-¿Vigo y verano?

-Sí, es un sitio que me gusta mucho. Creo que en verano no hay mejor sitio para estar que aquí. Es más, suelo viajar en otras épocas que no sean esta. Me encantan sus terracitas, el tiempo que hace, que no es ni calor ni frío, y las playas, que son una pasada.

-¿A qué terraza nos traes?

-A la de El Cafetal, en la calle Barcelona. Me queda cerca de casa. Y en los cafetales suelo ser un habitual. Es un lugar en el que me siento a gusto.

-¿Qué es eso que tomas siempre?

-Lo normal es que me pida un refresco, aunque puede caer también alguna caña o clara de limón. Lo que no suelo tomar, en general, son copas.

-¿Y qué rincón te gusta para respirar en esta época?

-Por gustar, lo que me gusta mucho es ir a las islas Cíes [se ríe]. Siempre me ha parecido un paraíso natural, tanto de fauna y de flora, como de tranquilidad. Es verdad que antes era un secreto de los vigueses y últimamente está más descubierto al gran público, pero sigue teniendo un encanto brutal. Y creo que todas las playas que hay por aquí son chulas. Si buscas rincones, los hay.

-Al final, son sitios y sensaciones que protagonizan buena parte de tus textos.

-La verdad, a mí siempre me ha gustado anotar ideas o escribir textos cerca del mar, en las playas. No solo en verano, en cualquier época del año.

-¿Y el amor es solo de verano?

-Creo que el amor, al final, no tiene épocas, pero el verano da mucho juego. Vacaciones, gente que se conoce... Creo que es un juego distinto al del invierno, que también lo da. El amor de verano es más informal.

-¿Qué me dices de las terrazas?

-Las terrazas son sitios de encuentro, de risas y de recordar viejos tiempos. Creo que en España, como se puede ver en Vigo, a la gente le gusta mucho terracear. Tomarse unas tapitas o unos vinitos para verse. En otros países, algo que he comprobado, la gente es más de quedarse en casa, pero aquí somos de ir a la calle. Y está claro que a los que vienen de fuera les encanta el rollito de las terrazas.

-Supongo que estarás recibiendo más de una foto de alguno de tus libros con algún paisaje...

-¡Puf! ¡Muchísimas! De playas, de piscinas, de barcos, de todo lo que te puedas imaginar. Me han llegado fotos incluso desde Jamaica o Cuba. Puedo recibir unas doscientas fotos al día de mi libro en cualquier sitio. Es una verdadera locura. Eso sí, me gusta que mis libros sean igual de invernales que veraniegos.

-¿Y los tatuajes con frases tuyas te llegan?

-[Vuelve a suspirar] ¡Una barbaridad! Todavía me parece alucinante todo lo que me llega. Antes recibía uno o dos tatuajes a la semana, pero ahora pueden llegar a ser cincuenta. Al principio era el «Ojalá siempre». Ahora es el «Ojalá nunca» y otras muchas frases escritas por mí. Ya se sabe que el postureo veraniego da para mucho [sonríe]. Yo pensé que esto algún día pararía, pero de momento va a más.

-¿Cómo llevas el primer verano de papá de Valentina?

-Pues como nació en noviembre, se está acostumbrando a pasear en el carrito, a ver el sol y también a terracear.

-Le dedicarás algún texto...

-En mis dos últimos libros ya tiene algún texto dedicado. Y ya le haré más cuando sepa más de ella, porque todavía la estoy conociendo [sonríe].

-Acabemos con una canción.

-Este verano me está apeteciendo recuperar canciones que llevaba tiempo sin poner... y se me ocurre Estopa, que me da buen rollito y me trae recuerdos. Y más actual, aunque seguramente no es del gusto de todos, diría Teléfono de Aitana. Aunque la primera vez me pareció rara, se me ha pegado al cerebro.