Solo un nombre de mujer y otro de hombre resisten en la lista de los diez más puestos a los niños de la comunidad a lo largo de los últimos 85 años
07 feb 2015 . Actualizado a las 11:35 h.A Alfonso XIII le quedaban dos telediarios en palacio, no llegaban a 2,3 los millones de gallegos, los trabajadores cobraban un promedio anual de 2.000 pesetas y un coche de lujo costaba, al cambio, 240 euros. Xa choveu. Porque, de aquel 1930 a este febrero del 2015, ha cambiado casi todo en Galicia. Algunas cosas, no obstante, continúan invariables. Tanto entonces como ahora, Manuel y María figuran entre los diez nombres más frecuentes que los padres de la comunidad ponen a sus hijos al nacer.
A esa conclusión se llega gracias a un trabajo publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística. Por primera vez, el IGE permite conocer, década a década, comarca por comarca, distinguiendo entre hombres y mujeres, cómo ha evolucionado a lo largo de los últimos 85 años la lista de los apelativos más comunes de los gallegos. La encuesta puede consultarse ya en la página web oficial del citado organismo autonómico.
Comparando la década de los treinta del siglo pasado con la presente, se comprueba que en la relación de los diez nombres femeninos más usados solamente resiste uno, María, y a duras penas. Porque a lo largo de ese período de tiempo ha pasado de ocupar el segundo lugar en la clasificación a corresponderle el noveno. Poniendo el foco en los varones, ocurre algo similar con Manuel: única entrada que aguanta en el top, pese a caer del segundo peldaño al décimo. En el polo opuesto, han desaparecido de ahí, entre otros, Antonio, Jesús, Ramón, Luis, Carmen, Josefa, Concepción y Rosa.
Los gustos de los progenitores han ido variando en varios sentidos. Por ejemplo, donde antes triunfaba el nombre compuesto ahora lo hace el simple y corto. Así, en la década de los sesenta todos y cada uno de los apelativos más empleados constaban de dos palabras (María del Carmen, María Carmen, Ana María, María José, María Dolores, María Isabel, María Jesús, María Teresa, Rosa María y María Luisa), mientras que en la actual no se reconoce ni uno de ese tipo entre los destacados. De hecho, seis son de solamente un par de sílabas y los restantes cuatro, de tres: Sara, Noa, Lucía, Daniela, Carla, Paula, Sofía, Alba, Laura y el ya citado María.
Aunque en menor medida, entre los niños pasa algo parecido.Para ellos, de acuerdo con el estudio del IGE, hoy lo que se lleva es ponerles nombres de origen bíblico o cristiano, como Mateo, Pablo, Nicolás y Daniel, entre otros, frente a los José Luis, José Antonio, José Manuel, Francisco Javier, Miguel Ángel y Juan Carlos que estaban en boga hacia mediados del XX.
Ahora, apelativos en gallego
Otra transformación: ampliando el foco del análisis hasta configurar un top 20 de nombres, se aprecia que en la actualidad comienzan a hacerse un hueco ahí los apelativos de origen gallego. Cuando antes de los noventa no aparecía ni uno solo dentro la clasificación de los más destacados, Brais ocupa en estos momentos el decimotercer lugar, Iago el decimocuarto y Anxo el decimoctavo. Mientras, en el apartado de las niñas hacen lo propio Antía en el undécimo puesto y Uxía en el siguiente.
La encuesta del IGE, asimismo, permite averiguar que en esto de bautizar a los críos la cosa también va por barrios. El ránking de niños de la década presente lo lidera Hugo en las áreas de Ferrol, Lugo, Vigo y Ourense, pero no en la de Pontevedra, donde triunfa Pablo, ni en las de A Coruña y Santiago, en las cuales se impone Mateo. Entretanto, la clasificación de niñas la abre Sara en las zonas de Pontevedra, Ourense y A Coruña; Noa, en las de Lugo y Vigo; Lucía, en la de Santiago; y, finalmente, Daniela, en la de Ferrol.