El Pentágono anuncia el envío de otros 1.400 soldados a Afganistán

Tatiana López NUEVA YORK/LA VOZ.

INTERNACIONAL

El objetivo del aumento de tropas es redoblar la presión sobre los insurgentes en la primavera afgana

07 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

Estados Unidos enviará este mes 1.400 soldados más a Afganistán, según aprobó el miércoles el secretario de Defensa, Robert Gates, y anunció ayer el portavoz del Pentágono, Dave Lapan. El objetivo de este aumento de tropas en el país asiático es consolidar los avances logrados y redoblar la presión sobre los insurgentes coincidiendo con el inicio de la primavera afgana, momento en el que los terroristas aprovechan para regresar a las montañas.

En la actualidad están desplegados en Afganistán 97.000 soldados estadounidenses. El presidente Barack Obama ha prometido que comenzará a retirar las tropas de Afganistán en julio, si bien son muchos los que dudan de que pueda cumplir el plazo.

En la actualidad, al menos 97.000 soldados estadounidenses están estacionados en este país, cuyo conflicto con el Gobierno estadounidense dura ya desde el 2001.

La noticia del aumento de tropas coincidió con el anuncio en Washington del recorte en el presupuesto del Pentágono en unos 78.000 millones de dólares en los próximos cinco años. Este es el dinero que el Ejército de EE.?UU. tiene planeado ahorrarse en diversos programas, según aseguró ayer el secretario de Defensa, Robert Gates.

Hasta ahora, el Pentágono había logrado librarse de los efectos colaterales de la crisis económica argumentando que recortes importantes podrían poner en peligro la seguridad nacional. Pero la retirada de las tropas de Irak, unida al elevado déficit presupuestario del país (que roza los 1,4 billones de dólares), han terminado por hacer mella en el Ejército.

EE.?UU. tiene que apretarse el cinturón y esta vez ni siquiera los militares pueden ser una excepción. Incluso el Partido Republicano, tradicionalmente defensor de la industria armamentística, reconoce que los gastos en defensa son desorbitados y que deben tomarse medidas.

Las razones son claras. En la última década, el presupuesto militar ha pasado a ser el más elevado de la historia desde la Segunda Guerra Mundial.

El dinero para defensa se come anualmente un tercio de los presupuestos generales del Gobierno federal. Con este panorama, el Pentágono afronta ahora una de sus misiones más difíciles: decidir qué programas son imprescindibles para la seguridad del país y cuáles no.

«No se trata solo de ahorrar dinero, sino también de reestructurar nuestro sistema para que funcione mejor y siga protegiendo la vida de todos nuestros ciudadanos», aseguró el jefe de las Fuerzas Armadas, Michael Mullen, en un rueda de prensa conjunta con Gates.

Según algunas fuentes, uno de los primeros programas en caer será el desarrollado por la empresa General Dynamics Corp, que trabaja en el prototipo de un carro de combate anfibio para el cuerpo de marines y cuyo coste asciende a 14.000 millones de dólares. También el número de soldados en activo se verá reducido en unos 42.000.