Los opositores venezolanos, que en el 2005 se retiraron de las legislativas, acudirán a las urnas unidos para frenar al bolivarismo, la inseguridad y la crisis económica
29 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Con una oportunidad sin precedentes para la oposición de Hugo Chávez de constituirse en mayoría, se inició esta semana en Venezuela la campaña para elegir el 26 de septiembre a 164 diputados de la unicameral Asamblea Nacional (Parlamento).
Encuestadoras como Keller y Asociados, relacionadas con el movimiento opositor venezolano, dan a este sector una ventaja de un 46% a un 32%, mientras otras, como Hinterlaces y el Instituto Venezolano de Análisis de Datos, cercanas al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), señalan que la contienda electoral arranca con una ligera ventaja a favor de quienes se oponen a Chávez, o con un empate técnico.
El jefe de Estado, cuya gestión de once años está agobiada por problemas como la inseguridad, la recesión económica y los fallos en los servicios, sigue siendo, sin embargo, un adversario formidable, señala el presidente de Hinterlaces, Oscar Schemel; como en los anteriores procesos políticos, el PSUV tratará de asociarse al portaviones de la figura de Chávez, mientras sus opositores, agrupados en la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), deben, precisamente, enfocar su mensaje en la decreciente calidad de vida de los venezolanos.
A juicio de este experto, la MUD «empezó mal» con el eslogan «Para que coja mínimo», que orienta su campaña a frenar los excesos de poder en los que ha incurrido Chávez.
«El presidente tiene un liderazgo importante, todavía goza de la simpatía de un 41% de los electores, pese a que un 65% señalan que el país marcha mal», indica el presidente de la encuestadora, y agrega que este último dato ayuda al movimiento opositor.
«Muy probablemente los resultados electorales muestren el descontento creciente que está enfrentando el Gobierno», indica Schemel.
Pedro Peñaloza, periodista y analista político, señala que la pelea de Chávez «no es contra la oposición, sino contra la realidad».
Apatía y violencia
Y desde Catia, una zona pobre del oeste de Caracas y tradicional bastión del Gobierno, Naomi Pérez, un activista de la MUD, afirma que lo que más le ha sorprendido es la apatía de votantes chavistas. Peñaloza agrega que lo que logre obtener la oposición será ganancia. En el 2005, bajo acusaciones de fraude, el partido opositor se retiró de la contienda electoral y todos los escaños fueron para el chavismo, lo que ha impedido los contrapesos institucionales.
En las primeras 72 horas de campaña, ha habido al menos cinco agresiones contra candidatos opositores por parte de activistas del chavismo, incluyendo golpes y quema de pancartas y vallas en una campaña en la que, a nivel de imagen, solo parece estar presente el movimiento del Gobierno, por la enorme disparidad de recursos.
«Nunca una sociedad, con excepción de la cubana, había estado sometida a un bombardeo simbólico y sistemático tan grande como la sociedad venezolana», indica Schemel. Pero la aparente desventaja de la oposición puede terminar representando una ventaja.
«Se está haciendo una campaña de contacto, de puerta en puerta, y esto es muy importante cuando la gente se siente desasistida, como en este momento», indica Carlos Domínguez, politólogo.
Desde la misma Catia, un candidato de la unidad opositora y reconocido ex jugador profesional de baloncesto, Iván Olivares, señalaba, luego de una agresión ocurrida el jueves, que no van a impedir que siga visitando cada una de las casas de sus potenciales votantes.
Las zonas rurales
Mientras, el Consejo Nacional Electoral, normalmente acusado de parcialización a favor del Gobierno, hizo un llamamiento a «evitar los excesos» y permitir que la campaña se desarrolle con normalidad, pero acordó que no sancionará los hechos violentos, al menos en esta primera semana de propaganda.
Esta elección es la primera que se realiza con la recién aprobada Ley de Procesos Electorales. Carlos Genatios, ex ministro del chavismo, luego su opositor moderado y ahora miembro de una oenegé de vigilancia del voto denominada Ojo Electoral, señala que un escenario muy probable es que el chavismo controle la Asamblea aún siendo minoría electoral, y que a la oposición no le basta crecer en las grandes ciudades, donde ya es fuerte, sino «arañar» votos al chavismo en las zonas rurales y empobrecidas, donde el empleo público y las ayudas del Estado son el principal motor económico.
Si el chavismo es minoría electoral, pero mayoría en representación, «se abrirán las puertas de la ingobernabilidad», indica Domínguez. «Es una situación inconcebible en una democracia moderna», afirma.