Los fallecidos son un alférez gallego, Abraham Leoncio Bravo Picayo, de 33 años, y un capitán de la misma edad y natural de Albacete. Ambos iban a ser relevados el 22 de septiembre. Además de los dos agentes, en el tiroteo ha muerto un intérprete nacionalizado español. Les disparó en la base de Qala i Naw un afgano al que instruían.
25 ago 2010 . Actualizado a las 22:47 h.Dos guardias civiles y un intérprete españoles han muerto en una base militar en la provincia afgana de Badghis (noroeste), víctimas del ataque de un supuesto policía afgano que también murió, según distintas fuentes oficiales. Uno de los fallecidos es el alferez Abraham Leoncio Bravo Picayo, de 33 años y natural de la localidad coruñesa de Vimianzo.
El alcalde del concello, Alejandro Rodríguez, trasladó el «gran pesar» de Vimianzo a la familia de Bravo Picallo, e informó de que el municipio ha declarado tres días de luto oficial. Abraham Leoncio Bravo Picallo era natural de Vimianzo, aunque sus padres se trasladaron a Aranda de Duero (Burgos) cuando él contaba dos o tres años, según su tío, Jesús Picallo. Las banderas del ayuntamiento de Vimianzo ondeaban hoy a media asta en señal de duelo y fuentes de la corporación municipal confirmaron que la semana próxima se celebrará una misa en memoria del guardia asesinado.
El ataque tuvo lugar al inicio de una clase de formación que la Guardia Civil impartía a la Policía afgana en la sede del Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) que las tropas españolas tienen en la capital provincial, Qala-i-Naw. Según el ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, se trata de «un atentado terrorista».
El supuesto policía afgano, Ghulam Sakhi, acudió al cursillo del PRT armado con pistolas, por lo que los formadores españoles le dieron el alto en la entrada, según el vicegobernador de Badghis, Abdul Ghani Sabri.En ese momento, Sakhi echó mano de su arma y, antes de ser muerto por las tropas españolas presentes en el lugar, acabó con las vidas de los dos guardias civiles y de un intérprete nacionalizado español.
Al saber de la muerte del agresor, que según el gobernador provincial era en realidad un chófer de la policía con contactos con los talibanes, unas 2.000 personas se echaron a las calles de la ciudad causando numerosos destrozos y lanzando proclamas contra las tropas extranjeras.
El otro agente fallecido ha sido identificado como el capitán José María Galera Córdoba -natural de Albacete-. Ambos prestaban servicio en la Unidad de Acción Rural.
Según dijo el gobernador de Badghis, Dilbar Jan Arman, Ghulam Sakhi el asaltante era chófer del cuerpo policial, y además mantenía «contactos con los talibanes», por lo que las autoridades creen que la discusión obedeció a un plan premeditado. «Estaba todo planeado», afirmó Arman, que acusó a los insurgentes de haber orquestado tanto la acción armada como la manifestación posterior que tuvo lugar en las calles de Qala-i-Naw.
La policía ya ha controlado la situación en gran parte de la Qala-i-Naw, aunque un grupo más reducido de manifestantes -unos 200, según el Gobierno español- llegó a las cercanías del PRT. «El PRT no ha sufrido daños. Sólo algunas tiendas cercanas han resultado dañadas», dijo Arman.
Fuentes gubernamentales en Madrid dijeron que los civiles no trataron de tomar la base en ningún momento, y que fueron informados por megafonía de lo sucedido, aunque los concentrados reclamaron la devolución del cadáver del agresor afgano.
Hasta el momento, 92 españoles han muerto en el transcurso de la misión desplegada en Afganistán desde el año 2002, si se incluyen los 62 fallecidos en el accidente de aviación del Yak-42.