Fidel Castro multiplica sus apariciones para dejar claro que «sigue allí» y que el sistema permanecerá intacto

Silvia Ayuso WASHINGTON/DPA.

INTERNACIONAL

18 jul 2010 . Actualizado a las 02:38 h.

Una larga charla en televisión, visitas a instituciones científicas y políticas, incluida la Cancillería cubana y hasta el acuario... En poco más de una semana, el histórico líder cubano Fidel Castro ha sido visto más veces que en los cuatro años que lleva convaleciente de la misteriosa enfermedad que lo llevó a retirarse de la primera línea del poder de la isla.

Precisamente sobre esa enfermedad Fidel Castro afirmó el viernes que se repuso «en parte de la repentina y grave situación» de salud que lo alejó del Gobierno hace cuatro años, en una reunión con un centenar de embajadores cubanos.

Todo ello en medio de la histórica liberación de los primeros de hasta 52 disidentes a la que se comprometió su hermano y actual presidente, Raúl Castro, con la Iglesia católica cubana, tema al que durante sus «apariciones» en ningún momento ha aludido el «compañero» Fidel.

¿Casualidad? Ninguna, coinciden analistas y políticos de todo el espectro político.

Eso sí, las opiniones varían más en cuanto a si este gesto supone un respaldo claro a las gestiones de su hermano o debe leerse en clave de advertencia interna para recordar, a quien pueda haber «olvidado» su presencia durante todas las inusuales gestiones con la Iglesia, que pase lo que pase él sigue allí y las cosas no van a cambiar tanto. O quizás ambas cosas.

«La aparición de Fidel envía una señal clara de que, a pesar de este gesto hacia una cierta relajación, él sigue al mando y controla firmemente la situación social y política», dijo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, especializado en política regional.

«No creo que Fidel necesariamente esté en desacuerdo con la decisión de liberar a los prisioneros, pero a la vez quería que no cupiera duda alguna de que el sistema político del régimen va a permanecer intacto», consideró.

«Básicamente, viene a decir: estoy aquí, soy consciente de lo que está pasando y, a menos que hable, estoy de acuerdo», coincidió el experto Christopher Sabatini, del Council Of the Americas.

«La falta de una reacción [a la liberación de disidentes] implica su consentimiento», señaló.

La señal es que todavía es quien manda en Cuba, afirmó la congresista cubano-estadounidense Ileana Ros-Lehtinen.