España asume el mando de una UE en obras que busca salidas a la crisis

Juan Oliver

INTERNACIONAL

Zapatero se propone sanear la economía europea y sentar las bases para reactivar el proyecto político

02 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

España asumió ayer el mando semestral de la Unión Europea por cuarta vez desde su ingreso en el club comunitario en 1986, y aunque en las anteriores ocasiones supo estar a la altura del desafío al que se enfrentaba, esta vez encara el reto de gestionar uno de los momentos más inciertos y a la vez apasionantes de la historia de la UE.

Con los Veintisiete buscando salidas a la crisis más profunda que ha conocido el continente en el último medio siglo, y pendientes de las expectativas que ha levantado la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, a España le toca ejercer de capataz de una Europa en obras que, más que nunca, necesita una sólida capacidad de liderazgo. Porque se trata de asegurar los cimientos para la reactivación económica y política de un proyecto que conforman 500 millones de personas.

Desempleo

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero asegura que no los defraudará, pero lo cierto es que no lo tendrá fácil en ninguno de esos ámbitos. En el económico, porque tendrá que convencerlos de que puede abanderar propuestas eficaces para salir de la crisis a pesar de los escasos éxitos que ha cosechado a nivel interno, donde la recesión se ha llevado por delante los puestos de trabajo y las perspectivas de futuro de millones de familias. Y en el ámbito político, porque la nueva arquitectura administrativa diseñada en el Tratado de Lisboa solo se ha visto hasta ahora sobre plano, y porque dependerá en gran parte de la pericia de España que su puesta en marcha dé los resultados apetecidos.

Ayer, Rodríguez Zapatero afirmó que España asume con su «mejor entusiasmo, con su mayor vocación europeísta» la tarea de sacar a Europa de la crisis y sentar las bases de una economía más innovadora y sostenible. En un mensaje institucional para saludar el estreno de la presidencia, el presidente del Gobierno ha pedido a los ciudadanos que se involucren con el proyecto europeo porque así estarán también «defendiendo los intereses generales de España y de los españoles».

Reformas inminentes

Ambos acaban de ocupar sus puestos, y empiezan a buscar un espacio propio en el complejo entramado burocrático de la UE. Y esa sensación de reformas inminentes que impulsan los nuevos cargos se refuerza porque la Comisión Europea también está en pleno proceso de renovación, con quince nuevos comisarios a la espera de asumir responsabilidades, otros once a punto de cambiar de cartera y todos pendientes de recibir este mismo mes el visto bueno de una Eurocámara que también verá modificadas su composición y competencias.

España deberá liderar el delicado proceso de encaje de todas esas piezas, pero sin descuidar la administración de otros asuntos corrientes tan diversos como las negociaciones para la adhesión de nuevos miembros; la reforma de la política pesquera común; el futuro de los fondos estructurales y de los subsidios agrarios; las relaciones con países terceros, y la lucha contra el terrorismo, la piratería, la delincuencia organizada y las mafias de la inmigración ilegal.

Barómetro

Todo eso servirá de barómetro para medir el nivel del semestre español, aunque de momento las perspectivas no son nada halagüeñas, porque la ciudadanía ni siquiera parece preocupada por la responsabilidad colectiva que se le viene encima. Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, más de la mitad de los españoles ni siquiera saben que su país asumirá hasta junio la presidencia de la UE, y un 67% reconocen que están «poco o nada» informados sobre los asuntos comunitarios.