El proceso más largo de la historia judicial de Portugal, conocido como el caso de la Casa Pía, entró ayer en su sexto año, mientras las víctimas de este gigantesco escándalo de pedofilia pierden la esperanza de que un día se haga justicia.
Desde el 25 de noviembre del 2004, seis hombres y una mujer son juzgados en Lisboa por abusos sexuales e incitación a la prostitución de 32 menores en esa institución pública para jóvenes y niños con dificultades. El lunes, la esperanza de un veredicto inminente fue de nuevo postergada, cuando el tribunal decidió modificar puntos del acta de acusación para corregir incoherencias.
Ahora, los acusados tienen 25 días para completar su defensa, pero sus abogados advierten que el proceso podría prolongarse varios meses. En cinco años, el proceso ha batido todos los récords: casi mil testigos y expertos han declarado durante 448 audiencias consignadas en un expediente de 60.000 páginas.