Rashid alerta de que Pakistán, Afganistán y las cinco repúblicas ex soviéticas de Asia central pueden hundirse en la anarquía y poner en grave riesgo la seguridad mundial
29 mar 2009 . Actualizado a las 03:00 h.Ahmed Rashid (Rawalpindi, 1948) conoce todas las claves de la zona más peligrosa del planeta, a la que llama «la región»: Pakistán y Afganistán -donde crece el extremismo islámico y anida Al Qaida- y las cinco repúblicas ex soviéticas de Asia central, cada vez más propensas al contagio. Autor del libro Los talibanes, publica ahora Descenso al caos, también en la editorial Península.
-¿Qué le parece la nueva estrategia de Obama de enviar más tropas a Afganistán?
-Obama no solo ha hablado de enviar más tropas, sino de una estrategia integral. Lo que se necesita son más soldados, más dinero, más labores de reconstrucción y una rápida construcción del Ejército y la policía afganos. Obama tiene que rectificar todos los errores que cometió la Administración Bush. La gran diferencia es que quiere compartir las decisiones con los europeos. Las tropas son absolutamente necesarias porque los talibanes han recuperado mucho territorio y hay que reconquistarlo, asegurarlo y estabilizarlo para desarrollar el país. Pero también se requiere más ayuda.
-¿Por qué han retornado con tanta fuerza los talibanes?
-Hay varias razones. La primera es que Bush se centró en Irak y Afganistán pasó a segundo plano. Todas las tropas, el dinero, la inteligencia, los satélites, que deberían haber ido a Afganistán fueron a Irak. En el 2003, tras la invasión de Irak, Bush anunció un plan de reconstrucción de 80.000 millones de dólares para ese país y Afganistán solo tenía 700. Esto envió un mensaje muy negativo a los afganos. La segunda es que los talibanes se ha afincado en Pakistán, donde están sus mandos, reclutan miembros, gozan de una buena logística y obtienen dinero del tráfico de drogas. También han jugado un papel sus nuevas tácticas terroristas, que han aprendido de Al Qaida, contra la población civil, a la que aterrorizan con atentados suicidas, decapitaciones o exigiendo a las familias que les entreguen a uno de sus varones para combatir.
-¿Los apoyan los afganos?
-La mayoría de los afganos no quieren que los talibanes vuelvan al poder, pero están enfadados con los americanos y con su propio Gobierno porque no han cumplido las promesas que hicieron en el 2001 de reconstruir el país. Estos siete años y medio han resultado perdidos por culpa de la Administración Bush.
-Usted dice que comparado con lo que está en juego en Pakistán y Afganistán, Irak quedará como algo anecdótico.
-Irak siempre ha sido un problema de Oriente Medio, no suponía una amenaza global. Allí no estaba Al Qaida, entró después de la invasión. Los santuarios de Al Qaida son Pakistán y Afganistán. Hoy vemos que los talibanes se han convertido en un modelo para todos los extremistas de la región y tenemos talibanes afganos, paquistaníes, uzbekos y tayikos y mañana tendremos talibanes indios. Todo esto se ha hecho con la ayuda de Al Qaida, a la que a cambio han proporcionado bases seguras para lanzar su yihad terrorista en Europa, África y otros lugares. Desde la invasión de EE.?UU. en el 2001 Al Qaida no solo no ha sido destruida, sino que es más fuerte que nunca, se ha expandido por el norte de África, Europa, Yemen, Sudán o Somalia y los talibanes por Asia central.
-¿Los talibanes pueden tomar Kabul y volver al poder?
-No creo, pero se pueden hacer cada vez con más zonas rurales e impedir su desarrollo, lo que sería muy peligroso.