La Casa Blanca anunció que se espera la visita del presidente electo, Barack Obama, junto a su mujer, Michelle, para el lunes. El portavoz precisó que las que no estarán serán las dos hijas del matrimonio, Malia y Shasa, aunque los Bush aseguraron que tienen muchas ganas de conocerlas.
El anuncio se hizo pocos minutos después del discurso de George W. Bush a los empleados federales en lo que puede considerarse su despedida. En los jardines del recinto presidencial de Washington y ante unas mil personas, apareció el todavía presidente junto a su mujer, Laura, y seguido muy de cerca del vicepresidente, Dick Cheney, también con su esposa.
Bush agradeció a sus colaboradores el trabajo y precisó que las semanas que quedan hasta el relevo, el 20 de enero, las dedicará a que la transición entre ambas presidencias sea lo más fácil posible. Un trabajo del que dijo que será muy duro por el momento que atraviesa EE.?UU.
«Es la primera transición que se hace en tiempo de guerra en los últimos cuarenta años», afirmó. Y también se refirió a la crisis económica que vive el país.
En un discurso que comenzó refiriéndose a las canas que han aparecido en su cabeza durante estos ocho años en Washington, Bush explicó que en las próximas semanas altos cargos de su Administración se reunirán con el equipo de Obama para ponerlo al día de todo, «desde las cuestiones económicas hasta la guerra de Irak».
La transición, a la que se refirió como una de las pruebas de la democracia, deberá hacerse, insistió, «sin que en ningún momento se dé vacío de poder».
La situación «no dará una tregua al próximo presidente para que se asiente», afirmó. Por esa razón, explicó, la Casa Blanca y su Administración ya llevan un año preparando el cambio.
«Estamos en una lucha contra extremistas violentos determinados a atacarnos, y lo que más desearían es utilizar este período de cambio para dañar a los estadounidenses», señaló. «Le agradezco el haber tendido la mano en el espíritu del bipartidismo que será necesario para sortear los muchos retos a que nos enfrentamos como nación», comentó Obama en Chicago.