La extrema derecha italiana sienta en la presidencia del Congreso a Fini, el líder de Alianza Nacional

María Signo

INTERNACIONAL

01 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Ha costado algunas votaciones, pero al final la Cámara de Diputados italiana eligió como presidente a Gianfranco Fini, líder del partido de extrema derecha Alianza Nacional. En las tres votaciones del martes necesitaba alcanzar la mayoría de dos tercios de la Cámara, mientras en la de ayer le bastaba con la mayoría absoluta, que consiguió con 335 votos de 611 votantes.

Durante su discurso de toma de posesión, Fini señaló que desea que la nueva legislatura sea «verdaderamente constituyente» y que se abra a las reformas que necesita Italia, como la contestada ley electoral. El nuevo presidente de la Cámara, además de saludar al presidente de la república, Giorgio Napolitano, y al nuevo presidente del Senado, Renato Schifani, también tuvo palabras de recuerdo para el papa Benedicto XVI.

El nuevo presidente fue muy aplaudido también por la oposición, que agradeció su promesa de garantizar «la absoluta paridad de derechos entre todos los diputados», así como las alabanzas a la fiesta del 25 de abril, día de la liberación del fascismo, y del Primero de Mayo, fiesta de los trabajadores.

Fini será el decimotercer presidente y llega al cargo tras 25 años de diputado y haber sido vicepresidente y ministro de Exteriores con el anterior Gobierno de Silvio Berlusconi.

Victorias

Esta es la primera vez que un representante de la derecha que proviene del fascismo preside una de las Cámaras del Parlamento italiano. Cumple además su deseo, como había anunciado a sus seguidores. Para Alianza Nacional, que parecía oscurecida tras la victoria de la coalición Pueblo de la Libertad, sobre todo con los buenos resultados de la Liga Norte, la semana no podía haber empezado mejor. Tras sentar en el Ayuntamiento de Roma a Gianni Alemanno, ahora la Cámara de Diputados será presidida por el presidente nacional del partido.

La aspiración de llenar el hueco dejado por la Democracia Cristiana también llevó en su momento a los antiguos herederos del fascismo a girar hacia posturas menos radicales de la mano de Gianfranco Fini, quien había iniciado su carrera política en el Frente de la Juventud, grupo juvenil del fascista MSI (Movimiento Social Italiano). Su escalada en el partido fue rápida y en 1987 el propio Giorgio Almirante lo nombró su sucesor.

El gran cambio tuvo lugar en 1995, cuando fundó Alianza Nacional dejando atrás el fascismo para acercarse a ideas más centristas. Su carácter frío y pragmático lo ha llevado en los últimos meses a aceptar la creación de un partido único a propuesta de Berlusconi. La coalición Pueblo de la Libertad pasará a ser un partido cuando AN y Forza Italia se unan el próximo otoño.