El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, indicó ayer que ha vetado un texto del Congreso que prohíbe a la CIA aplicar determinados métodos de interrogatorio considerados torturas.
El texto vetado solicitaba a la Agencia Central de Inteligencia que interrogase a los sospechosos de terrorismo bajo las reglas del manual de campo de la Armada de Estados Unidos, que prohíbe aplicar el simulacro de ahogamiento y otros métodos calificados como tortura por sus detractores.
«El texto que me envió el Congreso quitaría uno de las más valiosas herramientas en la guerra contra el terror; el programa de la CIA para detener e interrogar a líderes terroristas y operativos», indicó Bush en su programa semanal de radio. «Por ello, la veté», dijo el presidente, quien añadió: «Nuestra central de inteligencia cree que si no fuese por este programa Al Qaida y sus aliados habrían tenido éxito lanzando un nuevo ataque contra Estados Unidos». Bush precisó que el sistema «ha permitido comprender la estructura de Al Qaida, cómo se financia, sus comunicaciones y su logística».
Grupos defensores de derechos humanos alegaron que el abuso y la tortura de detenidos son una práctica rutinaria en los centros de detención de la CIA en todo el mundo. Algunos funcionarios de inteligencia han cuestionado la efectividad del programa, pero la Casa Blanca insiste en mantenerlo vigente.
Horas antes de que se conociese el veto, el senador Edward Kennedy dijo que la decisión «será uno de los actos más vergonzosos de su Presidencia». «El uso de la tortura no es solo ilegal sino también una mala técnica que logra resultados poco fiables, puede perjudicar otros esfuerzos para conseguir información, e inducir a que [el interrogado] diga lo que quiere escuchar el interrogador», agregó.