Una comisaría de Madrid moviliza a la Guardia Civil para interceptar a un caminante denunciado por su ex
15 ene 2010 . Actualizado a las 10:50 h.Parece que no todo es espiritualidad en el camino a Compostela. Una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Madrid movilizó a la Guardia Civil de Palas de Rei para que interceptara a un peregrino que había sido denunciado por su ex pareja sentimental por un presunto quebrantamiento de una medida cautelar que previamente le había impuesto un juez.
Resulta que el peregrino, según la denunciante, la estaba acosando. Presuntamente hizo llamadas amenazantes a sus padres, también a su lugar de trabajo y, además, le envió correos electrónicos que no parece que fueran de cordialidad.
Los agentes de Palas hicieron distintas averiguaciones y, en las últimas horas de la tarde del pasado martes, dieron con el peregrino en el albergue de la localidad. Resulta que el denunciado es un vecino de Palma de Mallorca de 40 años, de acuerdo con la información facilitada ayer por la Guardia Civil. El peregrino fue detenido y puesto a disposición judicial que amplió la medida cautelar prohibiéndole la entrada en Madrid, que es donde reside su ex compañera sentimental.
Los quebrantamientos de condena relacionados con casos de pareja son cosa habitual en los juzgados lucenses. Ayer, por ejemplo, tuvo lugar un juicio por un caso que data del año 2007. El fiscal pidió para M.L.G., una pena de diez meses de prisión por un presunto quebrantamiento.
Esta persona, de acuerdo con la acusación, tenía una orden del Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo, una orden que le imponía la prohibición de acercase a menos de quinientos metros de su ex compañera sentimental y de su lugar de trabajo. Tampoco podía comunicarse con ella por cualquier medio.
De acuerdo con el fiscal, a pesar de esta situación y siendo conocedor de la misma, el hombre acudió al recinto ferial de Castro de Rei en la mañana del 1 de septiembre de 2007 donde también se encontraba la mujer. Se situó a unos cuatro metros de la misma. La situación motivó que ella abandonase el lugar.
El juicio se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital lucense. La justicia tardó en sacar adelante este caso, sin ningún tipo de complicación a la hora de llevar a cabo su tramitación, un total de dos años y cuatro meses lo que refleja que las cosas en los juzgados, aunque se trate de cuestiones relacionadas con malos tratos, van con mucha calma.