«La norma era: dispara si te apetece»

Ana Cárdenes

LUGO

16 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

«La norma era: dispara si te apetece». La frase forma parte de los testimonios de soldados israelíes que participaron en la operación Plomo Fundido en Gaza y que, posteriormente, colaboraron con la organización Breaking The Silencio para construir un informe que fue difundido ayer. Este soldado dijo que los mandos «repetían todo el tiempo que esto es la guerra y que en la guerra no hay restricciones para abrir fuego».

Otro militar asegura: «No había que tener ninguna consideración hacia los civiles, disparábamos a todo el que viésemos. Se nos repetía que las consideraciones humanitarias no tenían cabida: No dejéis que la moralidad sea un problema. Dejad las pesadillas para luego y ahora, simplemente, disparad».

Un joven se lamenta de «el odio y la alegría de matar» entre las tropas. «Toda esa destrucción, todo ese fuego contra inocentes [...] era simplemente increíble», dice un uniformado cuyo batallón estaba formado por «60 chicos de entre 19 y 20 años, para quienes la vulgaridad y la violencia son una forma de vida» y donde «no había nadie para reprimirte». Otro califica el fuego de artillería israelí de «demencial» y reconoce: «Estábamos matando a inocentes».

Los combatientes también describen la destrucción gratuita de viviendas y cómo no se dejaba «ni una sola casa intacta». Un soldado que estuvo en un cañón de tanque en el noroeste de la franja asegura que, si tenía que girar y no había visibilidad, «se disparaban doce bombas a las casas de alrededor y se continuaba».

En dos semanas de ofensiva asegura haber disparado 50 bombas, 32 cajas de munición de ametralladora (más de 7.000 disparos), 20 explosivos de mortero de 60 milímetros y 300 cargas de ametralladora pesada Browning 0.5. «Y eso es solo un tanque: había más de 200».

Los soldados describen la muerte de civiles en casos en que era fácilmente evitable, como la de un anciano al que se disparó cuando estaba escondido en el hueco de la escalera de su casa. «Antes de entrar en una casa, era normal lanzar misiles, fuego de tanques y metralletas, granadas y luego disparar según íbamos entrando», describe un soldado.