El 1x1 del Málaga - Celta

Acaba la temporada en un momento bárbaro. Ayer abortó hasta tres ocasiones claras de Sandro, pero su trabajo no fue suficiente. 

Demostró calidad como siempre, pero no tuvo toda la pericia suficiente para conectar bien el ataque. Es el duodécimo jugador del equipo. 

A pierna cambiada no encontró forma de romper hacia dentro, y como extremo izquierdo no centró. Ha caído en depresión futbolística.

Cometió el penalti sobre Sandro que rompió el partido. Lo hizo justo ante de que fuese sustituido por Roncaglia. Una fatalidad más.

Le puso ganas y esfuerzo, pero cometió algún error de bulto. Como el balón que quiso retrasar para Sergio y acabó en los pies de Sandro.

El remate que tuvo en los últimos instantes del partido fue toda su aportación al ataque. No conectó con el equipo ni se forjó ocasiones.

Fue de menos a más. No encimó a Ontiveros en la jugada del primer gol, aunque después se rehízo, sobre todo a la hora de conectar.

Prácticamente tuvo toda la banda para él, aunque le costó más de lo deseable subir y centrar, una tarea que a menudo se le da bien.

No se encontró cómodo aunque no cometió errores flagrantes. Reencontrarse con su compañero Sandro le puso en más de un apuro.

Estuvo envuelto en la jugada del remate de Beauvue. Más allá de eso, todo lo que se llevó de La Rosaleda fue una amarilla desde el banquillo.

Alternó errores de juvenil con buenas intenciones. Fue de menos a más, pero su capacidad para generar peligro fue nula. Primera le queda grande. 

Mostró peripecia en la falta que disparó al palo. El resto, se le vio sobrepasado. Llegaba tarde a la contecnión y no encontraba camino para generar.

Entró para sustituir a Cabral cuando ya estaba todo el pescado vendido. Fue una decisión pensando en Old Trafford más que en el Málaga.