El cierre del párking municipal del Parque dos Condes suprimiría en Monforte 500 aparcamientos, pero hay estudios que apuntan que sobran plazas cerca del centro
18 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Los terrenos destinados a estacionamiento en el Parque dos Condes deberán convertirse en zona verde -el uso para el que fue cedida la totalidad de la parcela- cuando entre en vigor el plan especial de protección del conjunto histórico-artístico, según las directrices de la delegación provincial de Cultura. La aprobación de este documento urbanístico, cuya redacción saldrá a concurso en los próximos meses, no se resolverá ni mucho menos en un abrir y cerrar de ojos, pero el anuncio de la consellería obligará a poner fecha de caducidad al párking improvisado en su día junto el Colegio del Cardenal. Con él desaparecerán alrededor de 500 plazas de estacionamiento gratuitas en el corazón de Monforte.
El concejal responsable del área de tráfico, Xosé Lois Losada, se muestra prudente a la hora de valorar el cierre del estacionamiento municipal del Parque dos Condes. Pese a la respuesta que han recibido de Cultura los Independientes de Lemos, entiende que «aínda haberá que ver» si la zona de aparcamiento se integra en el espacio verde, como sugiere la consellería. Si sucediera esto último -señala- «habería que modificar algúns hábitos ou retomar proxectos que se barallaron antes».
El proyecto al que se refiere el concejal consiste en la construcción de un estacionamiento subterráneo en la explanada de la Compañía, una posibilidad a la que se le da vueltas desde la etapa de Celestino Torres en la alcaldía y que llegó a concretarse en la convocatoria de un concurso ya con el PP en el gobierno municipal. La licitación, sin embargo, no despertó el interés de ninguna empresa y el Ayuntamiento desistió de retomar la propuesta. «Se se cobrase por aparcar, habería moitos menos problemas», opina Xosé Lois Losada, al tiempo que admite que de momento no hay un plan previsto para afrontar el cierre del estacionamiento del Parque dos Condes.
Como en Lugo
«Perdoen, pero é tan difícil aparcar aquí como no centro de Lugo». Así saludó el diputado autonómico Jaime Castiñeira a los cargos del PP en la comarca que se reunieron en la sede del partido en Monforte para valorar la nueva Norma do Hábitat de Vivenda. Castiñeira llegó a la rueda de prensa veinte minutos tarde, el tiempo que necesitó para poder estacionar su vehículo. La anécdota contrasta con un estudio encargado en el anterior mandato municipal, cuando las competencias sobre Tráfico correspondían al concejal José Tomé, que concluía que el problema del aparcamiento en Monforte es más ficticio que real. Dicho de otra manera: que en el entorno del centro urbano hay plazas suficientes, aunque no exactamente donde la mayoría de los conductores quieren dejar sus vehículos. Según los técnicos, el problema es la escasa disposición para estacionar en puntos próximos al centro, como puede ser la calle Sarria, pero que paradójicamente son vistos como muy distantes.
Más concluyente que Xosé Lois Losada se muestra la concejala del equipo de gobierno María Xosé Vega, quien reconoce abiertamente que las directrices de Patrimonio sobre la protección del entorno del Colegio del Cardenal son incompatibles a la larga con el aprovechamiento de parte del Parque dos Condes como estacionamiento. El problema, dice la portavoz municipal, es que la gente se ha acostumbrado al «lujo» que supone disponer de 500 plazas estacionamiento gratuitas en pleno centro, algo que, según destaca, «non se ve en ningún outro sitio».
Si se cumplen los compromisos del gobierno municipal, en el transcurso de este año saldrá a concurso la redacción del plan especial de protección del casco histórico, un documento urbanístico que el PP aparcó en su día, cuando sólo faltaba su aprobación por el pleno, para no pagar peaje en votos en las municipales de 1999. La consultora que reciba la adjudicación tendrá por delante la responsabilidad de habilitar, en contacto con los responsables municipales, una solución al problema del estacionamiento en la zona histórica. Un trastorno que, por lo que parece y pese a los estudios, sigue a la orden del día.