Las acusaciones creen que el sospechoso de envenenar a un vecino obró con mucho odio
GALICIA
Un perito de la defensa dice que el plan no estaba al alcance del imputado
01 dic 2011 . Actualizado a las 11:44 h.Tuvo una muerte lenta y agónica. El vecino de la localidad ourensana de Castro de Escuadro, en Maceda, que murió tras ingerir un trago de vino envenenado con estricnina, tuvo unos últimos minutos muy dolorosos. Así lo confirmó ayer el forense, que recordó que la ingestión del veneno provoca la parálisis de los músculos y la muerte por asfixia, sin perder la conciencia hasta el final. Por ello, en el turno de conclusiones, las acusaciones pública y particular solicitaron al jurado, que anoche comenzó con las deliberaciones por este caso, que condenen a José Luis Lamelas Álvarez porque, aseguran, fue él quien preparó el veneno y lo dejó en una finca por la que sabía que pasaría la víctima, con la que mantenía, según esta parte, una gran enemistad. Además, aseguraron que todo fue producto de un complejo plan pensado por el acusado, quien junto a la bolsa con la botella de vino envenenada dejó restos de comida, para que pareciera que en aquel lugar habían estado merendando los cazadores.
Precisamente, sobre esa finca se realizó ayer una inspección ocular en la que participaron tanto el imputado como los nueve jurados, el juez y los abogados. El acusado explicó dónde colocó la bolsa y aseguró que si la dejó allí fue producto del olvido, debido a que se puso a coger setas.
En esa misma línea, y aprovechando la última sesión del juicio, la defensa de Lamelas presentó como perito a un psiquiatra que describió al acusado como una persona con un trastorno de la personalidad, que sería incapaz de elaborar un plan tan premeditado. El letrado de la defensa también aseguró que su cliente, que se enfrenta a una petición de 17 años de prisión, sufre importantes pérdidas de memoria desde que fue sometido a un tratamiento de quimioterapia. Ello explicaría que no recordara que había dejado la bolsa con el vino envenenado hasta un año después de los hechos, justo después de que lo detuviera la policía.
«El acusado es un hombre cruel. Sabía lo que hacía»
Carlos Valenzuela