Silencio y caras largas en la barra del bar O Cruce, el kilómetro cero de Fornelos de Montes, de donde procede la familia de la madre. A las nueve de la noche, la encargada de la barra acaba de enterarse de la mala noticia y prefiere no hablar «por respeto a la familia». Nadie sabe si habrá un nuevo funeral en el pueblo o si irán a Madrid, donde siguen los allegados de la fallecida.
Apenas una hora antes, el alcalde, Emiliano Lage, aún esperaba tener noticias de la evolución del bebé, pero cuando llegó a su casa encendió la televisión y se enteró del fatal desenlace. Admitía estar «conmocionado» y en «shock». «Cuando estuve en Madrid, los médicos no decían nada sobre el bebé y la familia tampoco. No era buena señal pero no me lo esperaba», reconoce.
Junto a la iglesia caminan dos vecinas, Concepción Suárez y María O. Pombo, quienes se enteran por los periodistas de La Voz del fallecimiento. «No sabíamos nada. La madre era íntima amiga de mi nieta, quien estaba deseando que naciese Alvarito para hacerles una visita en Madrid», dicen. Enfrente, en la antigua caja de ahorros, trabajaba el padre de Rocío Piñeiro.
«Tiñamos esperanzas pero era difícil, non sabían como ía reaccionar a criatura. Se ía quedar con secuelas, mellor que Deus o levase coa súa nai; por desgraza, hai moitos crimes de mulleres aquí e en todos lados», dice María.
Algunos están más indignados. Un hombre habla por el móvil y explica a su interlocutor que el bebé no podía respirar tras morir la madre. Luego, echa pestes sobre el asesino, que se suicidó. «A esta xente tiñan que romperlle as dúas pernas ou non venderlles pistolas», dice el vecino enfadado.
En un supermercado, una empleada comparte el dolor de la familia, pues conoce a muchos parroquianos de Ventín. «Ella era vecina, amiga, teníamos conocidos comunes. Sientes desesperación, impotencia, estarán en shock mucho tiempo», lamenta.
En otro bar, detrás de la casa consistorial, la encargada se entera por la prensa. Se echa las manos a las mejillas y calla.
«Mi nieta estaba deseando que naciese Alvarito para hacerles una visita en Madrid»
María
«Había esperanzas pero se el ía quedar con secuelas, mellor que Deus o levase coa súa nai»
María y Concepción