La Guardia Civil interrogará a los amigos del joven que murió en Pontedeume

f. v., J. M. P. FERROL / LA VOZ

GALICIA

El equipo encargado de investigar el caso desarrolla ahora su tarea en el entorno de los amigos del muchacho muerto.

19 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Tras centrar las pesquisas en el joven apuñalado la madrugada del pasado día 10 en Pontedeume, cuando entró supuestamente a robar en una casa, el equipo de la Guardia Civil encargado de investigar el caso desarrolla ahora su tarea en el entorno de los amigos del muchacho muerto.

En esta línea se pretende interrogar a todos los que estaban con él durante las horas previas a aquellos trágicos hechos, así como a los jóvenes que lo conocían y que pueden arrojar algo de luz sobre su comportamiento. En todo caso, el contenido de lo ya investigado sigue sin trascender porque la jueza instructora, Nuria Fachal, titular del Juzgando Mixto número 1 de Betanzos, mantiene el secreto de las actuaciones.

A su vez, Agustín Fernández Carpente, el carpintero de 65 años propietario de la casa en la que entró de madrugada el muchacho de 17 años y al que apuñaló mortalmente, sigue en libertad con cargos por decisión de la jueza. En Pontedeume todos se ponen de su lado: «¿Y qué harías tú si te entran en casa de madrugada?», suelen responder los vecinos al preguntárseles por lo sucedido.

La víctima

Pero en el entorno del chico afectan tales comentarios, explican fuentes próximas, porque realmente la víctima de verdad fue él, que acabó muerto. Si cometió algún acto ilícito, el pago por lo que hizo fue desproporcionado, sugieren, a pesar de que unos y otros siguen a la espera de conocer al completo el resultado de la investigación. De hecho, el letrado de la familia del chico apuñalado pidió por segunda vez a la jueza de Betanzos el levantamiento del secreto.

El carpintero, por consejo del abogado coruñés que contrató para su defensa, gestiona un informe de médico oculista sobre su capacidad de visión. Él declaró que cuando se levantó de cama despertado por su mujer, que había oído ruidos, iba sin gafas. En un escenario de penumbra y en tales condiciones apenas veía más allá de perfiles o la silueta de una persona más alta que él, que lo agarró y con la que forcejeó.