Precaución en Santiago, maquinaria en la calzada

GALICIA

La ciudad tiene confianza en que los trabajos que se están realizando palíen las dificultades actuales para el tráfico

22 mar 2010 . Actualizado a las 13:27 h.

La ventaja que tienen los atascos que, en horas punta, se producen en los principales accesos a Santiago de Compostela es que se está trabajando en ello, y no es una frase hecha.

Quienes a partir de las siete de la mañana circulan en caravana por el tramo urbano y gratuito de la AP-9, entre los kilómetros 72 y 67, deberán tener todavía un poco más de paciencia.

El principal atasco de Santiago se produce ahora mismo en esa zona y las causas son dos: por una parte, porque estos ocho kilómetros de autopista, que sirven para circunvalar la ciudad de norte a sur sin pagar, con dos carriles en cada sentido, no dan más de sí y soportan una circulación que ronda los 50.000 vehículos diarios; por otro, porque es precisamente este tramo el que ha absorbido gran parte del tráfico que, hasta principios del año pasado, cruzaba la ciudad a través del eje que forman la avenida de Lugo, el Hórreo y el auténtico tapón del tráfico urbano compostelano: la rotonda de Galuresa.

En febrero del año que viene debería estar terminado el túnel que servirá para desatascar esta vía, pero mientras, la infraestructura más esperada de la ciudad avanza a pasos de gigante y provoca los consabidos problemas de circulación.

Para facilitar los trabajos en el túnel, la recomendación del Concello pasa por utilizar el saturado tramo urbano de la AP-9 o, si uno circula hacia Ourense y A Estrada, desviarse por la calle Clara Campoamor (conocida también como el vial Sar-Pontepedriña). Evidentemente, estos desvíos producen un efecto dominó en otros puntos de la ciudad. Por ejemplo, en la zona norte, la gran cantidad de entradas y salidas en el kilómetro 67 de la AP-9 colapsa en horas punta la zona de San Lázaro. Y en el vial Clara Campoamor, los problemas se concentran en la rotonda de Pontepedriña y en Sar. La ampliación del periférico en un carril más de circulación en cada sentido, entre las rotondas de Amio y San Lázaro, y con las obras muy avanzadas, contribuirán a mejorar la situación en este punto. Y ya se está trabajando, aunque sin fechas, en la ampliación del tramo urbano de la AP-9, que necesita urgentemente otro carril en cada sentido. Quienes vienen a Santiago con frecuencia ya saben cuáles son los puntos calientes. Así que mientras duren las obras, lo mejor es la paciencia.