Los golpes policiales a los narcos encarecen el precio de la droga

GALICIA

Algunos vendedores de escala media almacenan el producto para venderlo en tiempos de escasez

26 abr 2009 . Actualizado a las 12:57 h.

Los narcos gallegos perdieron más de diez toneladas de cocaína en lo que va de año. Nueve se las arrebataron los agentes del Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado de la Policía Nacional en dos grandes operaciones que realizaron en solitario o en colaboración con los agentes de Aduanas: la que permitió desmantelar el clan de los Patocos y la que consiguió interceptar en aguas del Atlántico un barco cargado con cinco toneladas de cocaína. Pero además, en las últimas semanas vieron cómo se frustraban los operativos para la descarga por problemas internos que llevaron a que una embarcación preparada para una gran travesía apareciera varada en Nigrán y que a otra le tuviesen que prender fuego en una playa de O Grove para evitar ser descubiertos.

Con este panorama sería lógico que los legos en la cuestión pensaran que semejantes problemas logísticos y de transportes provocarían escasez de abastecimiento en el mercado. Pero no es así. Basta con acercarse a los lugares más concurridos por los jóvenes en las noches de las Rías Baixas para comprobar que la cocaína sigue espolvoreando los sanitarios. Y al precio de siempre, que se mantiene en torno a los cincuenta y los sesenta euros por gramo.

Hay una explicación para ese fenómeno; aunque el 70% de la droga llega por vía marítima, y casi siempre a través de las costas gallegas y portuguesas, hay otros métodos de entrada más discretos, como los contenedores de los puertos o los correos en los aeropuertos. Pero es que además, los vendedores a media escala, cuando tienen mercancía suficiente, optan por guardar una parte para los tiempos de vacas flacas, como el que se vive ahora en Galicia. El stock se esconde a buen recaudo y se saca al mercado cuando conviene.

Droga de Madrid

Con todo, los grupos policiales de lucha contra el narcotráfico han detectado algunos indicios de escasez que todavía no se refleja en el mercado, porque el cliente sigue servido, pero sí entre los mayoristas del negocio y los vendedores de escala media. El primero es que tienen constancia de que en las últimas semanas subió mercancía de Madrid, lo que indica que quienes suministran la droga a los camellos podrían estar vaciando las despensas.

El otro indicio, quizás más interesante, es que el precio de la cocaína ha registrado en los últimos meses una ligera subida. De momento no afecta al bolsillo del consumidor, que sigue pagando el mismo dinero que hace unos meses, pero sí a las operaciones de compraventa entre suministradores. El precio del kilogramo estaba a finales del año pasado a 34.000 euros, pero en las últimas semanas ya se han dado casos de ventas por 35.000 y hasta por 37.000.

Menos calidad

Los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico y quienes trabajan de cerca con los consumidores de cocaína no creen que ese incremento se acabe reflejando en el último escalón de la cadena de producción, porque el cliente es cada vez más joven y una subida excesiva de los precios podría desestabilizar el mercado.

Pero lo que sí podría ocurrir es que los cortes se hagan con menos cantidad de cocaína y más productos adulterados, perdiendo así la droga en pureza, de tal manera que el consumidor acaba pagando lo mismo por un producto muy peligroso.

En la actualidad, la de las Rías Baixas presume de ser la mejor que se encuentra en Galicia, hasta el punto de que los consumidores se trasladan los fines de semana a la costa para hacerse con un producto cuya pureza supera la media.