En la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña comenzó ayer el juicio contra José Luis Santamaría García, el médico y ex concejal tránsfuga de Sada, al que el Sergas acusa de estafa en documento público por una sobreprescripción médica, ya que hizo 10.567 recetas a ocho pensionistas desde el 27 de abril al 29 de junio del año 1998. También están imputados Ramón Cacabelos, el director del centro de discapacitados de Bergondo Euroespes, que trataba a los pacientes, y la farmacéutica de Sada Isabel Martín Osorio, que vendió todos los medicamentos y era la encargada de abastecer el botiquín de la citada residencia.
El Sergas reclama, asimismo, la cantidad solidaria a los tres inculpados de 11.699,44 euros por supuestos delitos en los que pudieron incurrir al montar una trama para hacerse con medicamentos gratuitos, según detalló el representante legal de la Xunta. Además, el fiscal trató de que Santamaría, que en el 2003 propició una moción de censura en Sada, explicase los criterios médicos que le llevaron a dar a una sola paciente 3.500 comprimidos y 169 unidades de medicación intravenosa correspondientes a 64 especialidades diferentes, así como otras muchas prescripciones similares.
El médico apeló a los 26 años que ejerció en la localidad coruñesa y dio una retahíla de explicaciones, pero sobre todo repitió que todos estos pacientes acudieron a su consulta en calidad de desplazados y que los admitió para «contribuir» a la labor de Euroespes, un centro de atención a enfermos dependientes sobre el que aseguró que hace una gran labor, aunque «sus consultas son caras». Santamaría explicó que en un mes dio a una persona 32 envases de psiconarcolépticos, por ejemplo, amparándose en «la conocida afición de las personas mayores a tener stock de medicamentos» o comentó sobre otro producto que lo recetaba en abundancia porque la gente se lo «podía tomar como si fuese agua».
Gastos excesivos
No obstante, Santamaría también reconoció que los responsables del Sergas le habían reprochado en más de una ocasión que fuese el «número 1 en el ránking» de facultativos que más gasto farmacéutico generaban al Sergas y que llegó a sufrir presiones. De hecho, relató que ha tenido que enfrentarse a tres contenciosos por esta práctica. El primero de ellos tuvo lugar en el año 2004 y estaba motivado por los «gastos excesivos» en varios pacientes y, añadió el propio encausado: «Lo perdí». Santamaría atribuyó la segunda de las causas contra él a una persecución política. Asimismo, repitió en más de una ocasión que su intención nunca fue defraudar al Sergas por una cantidad como la que reclama por este caso. No obstante, reconoció que en algunos casos fue él mismo el que llevó las recetas a la farmacia de Sada, que también se encargaba de que uno de sus empleados acudiese primero al centro Euroespes y después al ambulatorio donde Santamaría firmaba las prescripciones para los ocho pacientes que, por ser pensionistas, tenían derecho a medicamentos gratis.
El director del centro de discapacitados de Bergondo Euroespes reconoció que los tratamientos que daban a sus pacientes no coinciden con los que después recetó Santamaría y reconoció que existió una «sobreprescripción alarmante» en el ambulatorio de Sada. Cacabelos asegura que muchos de los productos no se usan en su centro y que Santamaría llegó a pasar consulta en un par de ocasiones en su residencia.