El despliegue de la Guardia Civil se centrará en las vías secundarias

GALICIA

Los responsables del instituto armado aseguran que habrá controles en cualquier tipo de carretera

13 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

No hay tregua en la lucha contra la siniestralidad en las carreteras gallegas. La Guardia Civil de Tráfico ya prepara un plan de vigilancia para los difíciles meses de verano en los que cerca de seiscientos agentes patrullarán en tres turnos de trabajo la red viaria gallega. Y en ese plan estará incluido el apoyo de los guardias civiles no adscritos a Tráfico y que tienen como principal labor la vigilancia de la seguridad ciudadana en cada uno de los cuarteles de Galicia. Los agentes de los puestos ya vienen colaborando de forma activa en el control de la seguridad vial desde que comenzó el año y tras el éxito alcanzado en un plan de colaboración que se experimentó en Galicia en el 2006 y que se ha extendido al resto de las comunidades.

Ese apoyo de los guardias civiles de los puestos de los municipios gallegos permitirá extender de una manera más efectiva la vigilancia del tráfico a las carreteras secundarias y a zonas del territorio a las que habitualmente no llegan las unidades de la Agrupación de Tráfico. «El conocimiento que tienen de sus zonas de competencia es de gran importancia para esta labor», explica José Luis Ulla, teniente coronel jefe de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia, que valora muy positivamente el trabajo de los agentes de las unidades territoriales en cuestiones de seguridad vial. Se trata de extender la red de vigilancia y que los ciudadanos, en este caso los conductores, sepan que en cualquier momento pueden ser requeridos por una patrulla por su comportamiento en la carretera, sea esta cual sea.

La vigilancia de las patrullas de seguridad ciudadana se centra en cuatro aspectos esenciales para el tráfico, como son el uso del cinturón de seguridad y del casco en las motos, el control de la utilización de teléfonos móviles al volante y la vigilancia de la alcoholemia.

«Sabemos -explica el teniente coronel Ulla- que ningún guardia civil mirará para otro lado cuando observe una imprudencia en la carretera». Y así parece, a la vista del balance de intervenciones en materia de tráfico por parte de los agentes de los cuarteles. En el primer semestre del año realizaron 330 pruebas de alcoholemia y descubrieron a 45 conductores que circulaban con copas de más.

Además, en estos seis meses practicaron 185 denuncias por no usar el cinturón de seguridad y localizaron ocho casos en que los niños no utilizaban sistemas de retención infantil. Es llamativa también la cifra de setenta motoristas denunciados por no llevar puesto el casco, así como de la de las 47 infracciones detectadas por velocidad excesiva o inadecuada. Este último dato demuestra la implicación de estas patrullas, que no disponen de radares de medición, pero que intervienen cuando observan velocidades inadecuadas a las circunstancias de la carretera, de la circulación, meteorológicas o cuando comprueban, por medio del velocímetro de sus coches patrulla, que otros conductores sobrepasan los límites fijados en cada tramo.

Nuevas áreas de control

El objetivo principal de todas estas medidas es el de mantener el nivel de descenso de la siniestralidad alcanzado durante este año en las carreteras de Galicia, en las que la Guardia Civil ensaya un sistema de vigilancia por áreas. Se han establecido 70 zonas de control cuyos resultados se analizan cada quince días. A la vista de los datos, las patrullas pueden variar su radio de acción.