Muchas localidades costeras no han cubierto este mes ni la mitad de sus plazas, pero esperan llenar en agosto
13 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.A medio gas. Así está funcionando el mes de julio para la mayoría de los establecimientos hoteleros gallegos, cuyas cifras de ocupación son, en general, inferiores a las de julio del verano pasado. En muchas zonas turísticas de la comunidad solo han cubierto la mitad de sus plazas, y en algunos puntos las reservas llegan a duras penas al 30%.
Según señalan desde el sector, este año son dos los factores que han hecho mella en el nivel de ocupación: el habitual, que es la inestabilidad meteorológica, y la crisis económica. «Sí que afecta. La gente no viaja tanto y las estancias son más cortas», confirman en el hotel Meliá María Pita de A Coruña. En esta ciudad, las reservas oscilan entre el 50 y el 75%, aunque rozan el 85% en el único hotel de cinco estrellas -el Hesperia Finisterre- porque, según explican, tienen una clientela habitual.
La temporada de verano también ha comenzado floja en la zona de Muros y Noia, cuyos alojamientos están al 30% de su capacidad (aunque con picos del 80% en fin de semana), o en Baiona, donde la ocupación media ronda el 40% (la mitad de la registrada en julio pasado). Eso sí, el parador de turismo no nota la crisis: roza el lleno y así estará todo el verano.
En O Grove, donde los hoteles también describen el mes de julio como «muy flojo», el índice de reservas tampoco supera el 40% (llegó casi al 90% en el 2007). A la crisis y el mal tiempo, los hosteleros añaden otro culpable para explicar el mal dato. Este mes de julio no celebran su tradicional certamen de tiro al pichón en A Toxa -Medio Ambiente exigió que se usase munición ecológica para evitar la caída de plomo a la ría- y unas 500 familias, «clientes de los que no preguntan cuánto valen las cosas» han dejado de llenar los hoteles grovenses como solían hacerlo.
Tampoco es buena la cifra de reservas en A Mariña, donde de momento solo han cubierto entre el 40 y el 50% de sus plazas, ni en los hoteles de Fisterra o Laxe, con un nivel de ocupación similar. En estos lugares, en cambio, sí se registra casi lleno total en las casas de turismo rural. Otro buen dato es el de la zona de Cangas, donde la ocupación ronda el 80% (excepto en los cámpings que, al depender más de la meteorología, baja al 30%). En Barbanza también están al 80% de su capacidad, pero reconocen que hace un año el porcentaje fue superior.
En Poio, con un 50% de ocupación, dicen mejorar la cifra de julio pasado, y en Sanxenxo, con el 60% de sus plazas cubiertas, los empresarios se muestran incluso satisfechos: «Nos temíamos cifras peores, así que somos felices con estos datos».
Índices bajos en el interior
No son tan optimistas en capitales de interior como Ourense, con un 60% de reservas (5 puntos menos que hace un año) o Lugo, con un 57%. Y en Santiago, destino turístico por excelencia, tampoco las tienen todas consigo. Tras un desastroso mes de junio, los hoteleros creen que solo cubrirán el 75% de sus plazas entre julio y agosto, aunque señalan que tienen sus esperanzas puestas en los visitantes de última hora.
En general, en los hoteles gallegos aseguran que prevén llenar en agosto. Como los de Pontevedra, con una ocupación este mes del 70%, pero que el próximo pretenden estar al 100% gracias a las fiestas y la feria de toros de la Peregrina. «El cliente está esperando hasta el último momento», indica Ignacio Verdejo, director del Hotel Barceló Almirante, en Ferrol. También asegura que las estancias son de menos días y que solo el buen tiempo podrá salvar un verano que ha empezado con mal pie.