La voz de Daniel Rodríguez Castelao volvió a escucharse en Buenos Aires, donde vivió exiliado el último decenio de su vida. Ocurrió en el teatro de la avenida Belgrano que lleva su nombre, justo cuando Galicia celebraba el Día das Letras Galegas. Ese fue el escenario elegido por el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, para convocar a dos centenares de emigrantes en uno de los actos centrales de su viaje a Argentina con el fin de brindarles el único archivo sonoro que se conserva del ilustre rianxeiro y en el que, paradojas del destino, se expresa en castellano, aunque dejando adivinar sus raíces.
El disco de piedra grabado por Castelao en el año 1941 en la capital porteña para dirigirse al público que iba a presenciar en Montevideo el estreno de su obra Os vellos non deben namorarse es una pequeña joya de la cultura y la historia más reciente de Galicia, una «regalía», como la definió Touriño, para el disfrute de la colectividad, en la que es posible oír al galeguista diciendo aquello de que su pieza teatral por muy universal que pueda ser, siempre tendrá la nacionalidad gallega, pues está hecha con «zumo de tierra y miel de tradición gallega».
El documento sonoro, del que se conservan dos originales, vio la luz mediante una donación de la familia de Fernando Iglesias Tacholas, actor galaico-argentino que interpretó en 1941 la pieza teatral de Castelao. Actualmente está catalogada por el Consello da Cultura de Galicia, y el Centro Galego das Artes da Imaxe (CGAI), dependiente de la presidencia de la Xunta, se encargó de difundir las copias para las comunidades gallegas del exterior.
«Estamos en Galicia»
El ambiente creado en el teatro bonaerense, donde se preparó un espectáculo que conjugó desde el bandaleón del tango hasta los poemas cantados por el propio Amancio Prada, repasando los nombres más ilustres de los homenajeados el 17 de mayo, llevó al mandatario autonómico a manifestar que con su decisión de trasladar a Argentina la conmemoración del Día das Letras no salió de la comunidad «porque estamos en Galicia, porque vós sodes Galicia», esgrimió.
Touriño desarrolló ayer en la capital argentina una agenda netamente cultural, que lo mismo le llevó a ensalzar la figura de Álvarez Blázquez, el homenajeado de este año, que a presentar tres libros distintos en los que se analiza la vinculación con Galicia de autores argentinos como Julio Cortázar, Jorge Luis Borges o Ernesto Sábato. Los tres visitaron las tierras gallegas en algún momento de su vida, y la Xunta inicia con estos tres nombres una colección, Mirada Alleas, por la que desfilarán también Hemingway, que pescó en el río Ulla; Graham Greene, que estuvo hospedado en el monasterio de Oseira, o incluso García Márquez, que dejó algunha impronta de su visita a Galicia acompañado de García-Sabell.
«Era mi deber», dijo Touriño sobre Cortázar, Sábato y Borges, «tributar este humilde homenaje a quienes nos acogieron, comprendieron y alentaron» y volvió a mostrar su agradecimiento a la República Argentina, porque «non só acolleu a centos de miles de galegos en busca de pan e liberdade, senón que se converteu en refuxio ?subrayó? das nosas letras nas épocas máis escuras da historia».
Antes de concluir la jornada de ayer, el jefe del Ejecutivo autónomo participó en el Café Tortoni en la presentación de un libro de poemas en gallego de Eduardo Jorge Bosco, a la vez que acudió al Centro Galicia para presenciar el cuadro de Castelao titulado A derradeira lección do mestre, que acaba de ser restaurado. En ese mismo centro tenía previsto ofrecer por la noche, madrugada en Galicia, una fiesta para 3.000 personas con la que corona su viaje a Argentina antes de poner rumbo a Brasil.