«Nunca pensé en volver a ver la luz del sol», le dijo a su hermana en cuanto abandonó su cautiverio

La Voz

GALICIA

19 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Maruja Domínguez anunció ayer en Muxía, en la casa consistorial, acompañada por el alcalde, Félix Porto, la liberación de su hermano. Cansada y emocionada, explicó que había hablado con Jesús Ovidio poco después de haber sido liberado.

Cuenta que él le dio pocos detalles sobre su retención. Cree que los secuestradores lo llevaron a Santa Teresa, una zona alejada de la capital, pero que no puede precisar dónde. «Solo era subir monte arriba», explica Maruja.

Jesús Ovidio habría permanecido los 15 días oculto en un mismo lugar, un zulo oscuro y pequeño. «Nunca pensé en volver a ver la luz del día», cuenta Maruja Domínguez que le dijo su hermano, con voz cansada, cuando por fin habló con él.

La primera noticia de su liberación se la dio su sobrina: «Tenemos a papá en casa», le dijo desde Caracas a Maruja Domínguez. Desde ese momento, cuenta la hermana del empresario liberado que la embargó la emoción y que poco se fijó en los detalles del cautiverio. Igualmente emocionada se mostró cuando revivía el momento: «As lágrimas saen soas», dijo.

Agradecimiento

Dice que una vez localizado, Jesús Ovidio Domínguez fue llevado rápidamente a un lugar seguro. Con los familiares en Venezuela se encontraban representantes de la Embajada y de las autoridades locales.

La mujer quiso «agradecer a España enteira» su apoyo en estos días tan difíciles para toda la familia. Incluía en su agradecimiento a las autoridades españolas y en especial al alcalde de Muxía, Félix Porto: «Non se me olvidará xamais, todos os días estivo pendente de min, por eso quixen dar a noticia con él», dijo Domínguez.

La hermana del empresario muxián instalado en Caracas se puso nuevamente en contacto con su familia por la tarde. Confirmó que Jesús Ovidio se encontraba en buen estado de salud pero que, pese a todo, acudiría a un hospital para someterse a una revisión médica.

La noticia de la liberación de Jesús Ovidio Domínguez fue especialmente celebrada en Muxía, donde, además de familiares, viven muchos otros vecinos que, como él, emigraron en los años cincuenta y sesenta a Venezuela para regresar después a Galicia cuando las condiciones de vida empezaron a empeorar.