Con Vicente Irisarri como candidato, el PSOE aún resiste en Ferrol, aunque el avance sostenido de José Manuel Rey al frente del PP amenaza la reedición de un gobierno socialista sumando los apoyos hipotéticos de Esquerda Unida y del BNG. Es precisamente el grado de aguante de la formación que lidera Yolanda Díaz lo que puede determinar si el Partido Popular regresa o no a la alcaldía. De acuerdo con la tendencia que marca el estudio demoscópico de Sondaxe, el último concejal en juego en el reparto de la ley D?Hont caería, por unos pocos votos, del lado de Izquierda Unida o del bando del PP. Así, con la pérdida de un edil por parte del PSOE (8 frente a 9) y el mantenimiento de los dos actuales del BNG, el pacto de izquierdas solo sería posible si el resultado de EU es el menos malo de los vaticinados.
En esa situación tan ajustada toma ventaja el PP, con José Manuel Rey Varela debutando como cabeza de cartel. Desde el barómetro de enero del año pasado, el PP gana más de seis puntos en intención de voto, lo que le permitiría pasar de los siete concejales que tiene ahora a once, que con los dos que el estudio otorga a Independientes por Ferrol facilitaría la formación de un gobierno de centroderecha con mayoría absoluta. El calendario juega a favor del candidato popular, porque además sigue ganando nivel de conocimiento (hace un año era solo del 56% y ahora es del 74,4%), al tiempo que se coloca como el candidato mejor valorado.
Con todo, la campaña se presenta abierta y muy reñida, porque Vicente Irisarri, aunque baja algo en valoración, consigue mantener la intención de voto muy próxima al 30% y con respecto a los comicios del 2007 el PSOE solo pierde un edil, igual que en el barómetro de hace un año.
Para el PSOE no es un mal escenario, sobre todo porque se produce en un contexto en el que la marca socialista está muy dañada. Por la gestión de Zapatero en la Moncloa, por la actuación de Pachi Vázquez al frente del socialismo gallego y, también, por la disputa en el PSOE local a la hora de confeccionar la lista electoral, que puso en evidencia una grave brecha interna en el partido y en el grupo de gobierno.
Los socialistas temen una campaña sucia por parte del PP -es seguro que volverá a la palestra el sueldo del alcalde, que en buena medida provocó la ruptura con Esquerda Unida- y una utilización partidista de la maquinaria administrativa de la Xunta en favor de Rey. Lo que es seguro es que Irisarri lo tiene más difícil ahora que hace un año, frente a un candidato en ascenso que lleva muchos meses desplegando una intensa actividad.
El tiempo juega a favor de Rey Varela (PP), que ganó seis puntos en solo un año