El lendakari le reprocha que negociara con ETA y se niegue a hacerlo con el representante de los vascos
17 oct 2007 . Actualizado a las 02:42 h.«Lo que no se puede hacer, no se va a hacer y no se hará». Con esta contundencia expresó ayer José Luis Rodríguez Zapatero su rotundo no a la propuesta de convocar una consulta popular en el País Vasco, que transmitió a su autor, Juan José Ibarretxe, en la reunión que mantuvieron en la Moncloa. El presidente del Gobierno, que compareció en rueda de prensa tras el encuentro de más de dos horas, calificó la iniciativa del lendakari como una «segunda parte reconstruida» del Plan Ibarretxe, «cuyo destino será el mismo: no será aceptado ni aprobado ni puesto en práctica». Reiteró que «es claro como el agua» que la consulta es ilegal, ya que solo la puede autorizar el Estado, aunque no tenga carácter vinculante. Las propuesta políticas, manifestó, solo tienen «un camino, el de la legalidad y la Constitución». Finalmente llamó al lendakari a rectificar, para lo que dijo que será preciso un «tiempo para la reflexión y el diálogo».
El rechazo frontal no sirvió de nada. Impertérrito, Ibarretxe salió de la Moncloa como había venido: sigue adelante con su plan soberanista y mantiene la consulta para el 25 de octubre del 2008. Incluso aspira a contar con el apoyo de Zapatero. Inasequible al desaliento, el lendakari dijo que la reunión había sido «el primer paso en el camino de la negociación». En ese sentido, citó una frase del actual presidente israelí, Simón Peres: «Todas las conversaciones comienzan por un encuentro titubeante». Para Ibarretxe, la consulta es «legal, legítima y democrática», y puso como ejemplo que los nuevos estatutos catalán y andaluz sí permiten convocarlas.
El lendakari lanzó un torpedo a la línea de flotación de Rodríguez Zapatero al señalar que no podía negarse a dialogar con el representante legítimo del País Vasco cuando había entablado una negociación política con Batasuna e incluso con ETA durante el proceso de paz.
Ibarretxe explicó que su plan es alcanzar un «pacto político» con el Gobierno para presentarlo en junio en el Parlamento vasco y convocar, conjuntamente con Zapatero, una consulta popular no vinculante. En todo caso, advirtió de que si no se logra el acuerdo, lo convocaría él de forma unilateral. El proceso acabaría con un referendo sobre la autodeterminación, «con plena validez jurídica», a celebrar en el 2010. Ibarretxe avisó que es «muy tenaz» y se siente avalado por «7.000 años de historia» del pueblo vasco.
Terminó la rueda de prensa diciendo que de ninguna manera daba por zanjada la cuestión y que seguía teniendo su mano tendida a Zapatero.
Mariano Rajoy afirmó que el PP apoyará en esta cuestión a Zapatero si entiende que «España no es negociable» y «actúa en consecuencia». Zaplana calificó la respuesta de Zapatero a Ibarretxe de «timorata».