Papá Noel deja en la Moncloa un «shock» de 20.000 millones

ECONOMÍA

El severo ajuste anunciado por el Gobierno, el primero de los que llegarán, puede llevar a una fuerte recesión en España

02 ene 2012 . Actualizado a las 11:08 h.

Con las primeras medidas de ajuste adoptadas entre los años 2009 y 2010 (pensiones, sueldos funcionarios, IVA...), el anterior Gobierno se comprometía a acabar el 2011 con un déficit del 6?%. La vicepresidenta y portavoz del nuevo Gobierno sostuvo tras el Consejo de Ministros del viernes que ahora estamos en el 8?%. Sin embargo, en el BOE publicado el sábado con las medidas adoptadas no hay ninguna cifra y solo se habla de una importante desviación. Dado el ejemplar traspaso de poder, estaríamos ante un shock que nos dejó Papá Noel en la Moncloa.

Desde ese 8?%, llegar al 4,4?% comprometido con los socios europeos para finales de este ejercicio obliga a un ajuste de más de 35.000 millones, el doble de los 16.000 inicialmente previstos. Una diferencia de casi 20.000 millones.

¿Los ajustes están ayudando a reactivar la economía?

Las previsiones de abril del anterior Gobierno para el 2012 prometían un crecimiento del 2,3?%. Hoy el consenso de organismos y analistas ya lo reducen al 0,2. Es obvio que los ajustes pasados dañaron la demanda interna y nos acercaron a esta recesión. Una doble dosis de la misma medicina no parece que ayude a cambiar de rumbo. Por eso ya se manejan previsiones de caídas del PIB español del 2?% en este estrenado 2012. Si así fuese, la Comisión Europea podría aplazar para España el objetivo de déficit del 3?% para el 2013. Entraríamos en estado de shock y, ya antes de eso, podríamos ser rescatados.

¿Son continuistas las medidas de ajuste de gasto sobre las anteriores?

En ambos casos, antes y ahora, se respetan las prestaciones de desempleo y se mantienen congelados los sueldos de los funcionarios. Y si bien las pensiones pasan de estar congeladas a subir un 1?% (aun cuando la inflación del 2011 fue del 2,4?%), ahora se congelan la renta de emancipación, las ayudas a la dependencia, los permisos por paternidad o el salario mínimo. La misma senda.

¿Subir impuestos es inevitable?

Ya lo fue con el anterior Gobierno (IVA y especiales). Ahora se suben el IRPF y el IBI con una escala progresiva, si bien nada impide que en marzo volvamos a subir el IVA. Recaudar con el impuesto del patrimonio hubiera sido más progresivo que con el IBI. Y evitar el actual declive del impuesto de sociedades sería preferible a exprimir más a los costaleros asalariados del sistema fiscal español. Porque en el IRPF las rentas no salariales (autónomos, profesionales...) salen de rositas. Solo con reducir este fraude fiscal evitaríamos estos recargos.

¿Es coherente subir impuestos y a la vez mantener o ampliar beneficios fiscales?

El IVA superreducido para la vivienda y la deducción fiscal por la compra debieran restringirse mucho, hasta un valor medio (como en el recargo al IBI) y en función de la renta (como en el recargo al IRPF). Es dudoso que esas medidas, sin resolver antes el colapso financiero actual, ayuden a drenar los activos tóxicos de la burbuja inmobiliaria. Si en marzo se añaden, como anunció el presidente en la investidura, más beneficios fiscales a los planes privados de pensiones, los ingresos que salgan ahora de los costaleros del IRPF y del IBI se transferirán, en parte, a los adquirentes de viviendas y de pensiones privadas. Y a los vendedores de esos productos.

¿Será la última entrega de este serial de ajustes presupuestarios?

Con unos gastos corrientes públicos cada vez menores, cuando los recortes superan los mil millones en ministerios como Fomento, Industria o Economía, y con una caída de la renta real de las familias (por el IBI o el IRPF), quedaremos a expensas de que las empresas y los bancos -que ni se citan en este paquete fiscal- consigan aumentar su actividad. Hasta marzo nadie espera buenas noticias ni en el empleo, ni en el PIB, ni de Bruselas. Añádase que la Seguridad Social entrará en déficit y dejará de compensar parte de las cuentas del Estado. Sin duda habrá más medidas; la vicepresidenta ya avisó de que estamos en el inicio del inicio.

¿Habría otras posibilidades de actuación?

Sí. Que las subidas de impuestos superasen a la reducción en los gastos y no al revés. Que las subidas dependieran del impuesto de sociedades (a las del Ibex 35), de pagos de las rentas no salariales en el IRPF, o del patrimonio; que las reducciones de gasto no afectasen tanto a los programas de Innovación, Industria, Fomento o Economía. Porque el futuro del empleo en España no pasa por competir en marcas blancas y costes laborales bajos, ni en volver a inflar el inmobiliario o la economía sumergida. Ese es un modelo inútil que no se merece tantos sacrificios. Ni pasados ni, a lo que parece, futuros.

análisis

Albino Prada es profesor de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo