Gómez apela al diálogo y Toxo le exige que diga si corregirá la reforma laboral
ECONOMÍA
El ministro envió un mensaje conciliador por la mañana y por la tarde defendió en el Senado la nueva normativa
03 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, aprovechó ayer la toma de posesión de la nueva secretaria de Estado de Empleo y de otros dos altos cargos de su gabinete para reiterar su mensaje conciliador a los agentes sociales -sindicatos y empresarios-, apelando de nuevo a la necesidad de «restablecer el diálogo social y hacer que rinda». Concretamente, apostó por su reanudación sin pérdida de tiempo para sacar adelante tanto la reforma del sistema de pensiones como el desarrollo de la del mercado laboral, advirtiendo además que, si no da sus frutos, «el diálogo social estará herido de muerte».
Pero desde las filas sindicales, el secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, pidió al nuevo ministro -en una entrevista radiofónica- que «deshoje definitivamente la margarita» y deje claro si tiene o no margen para «corregir» la reforma laboral, contra la que las organizaciones de trabajadores convocaron la huelga general del 29-S.
Bajo la égida de Economía
Toxo se preguntaba si Gómez había estado en la manifestación «por solidaridad con los sindicatos o contra la reforma laboral» y si tendrá o no el margen de actuación del que careció su antecesor en el cargo, Celestino Corbacho, o si «seguirá bajo la égida de Economía y atado de pies y manos».
Ya por la tarde, y con esa incógnita en el aire -aunque Elena Salgado ya corrigió la semana pasada el primer anuncio que hizo su homólogo de Trabajo sobre la prórroga de la ayuda de 426 euros para desempleados sin ninguna prestación-, Valeriano Gómez defendió en la sesión de control al Gobierno en el Senado la polémica normativa laboral. A preguntas del senador del PP Antolín Sanz, el ministro aseguró que el objetivo de la reforma es potenciar la «flexibilidad de las empresas», pero en ningún caso crear empleo, puesto que esto solo pueden hacerlo «las condiciones económicas».
En su debut como ministro en el Senado, acusó también al PP de haber puesto en marcha la peor reforma laboral de la historia, la que en el 2002 permitió que los trabajadores pudieran ser despedidos «en 48 horas». «Ahora el Gobierno está tratando de impulsar una reforma cualitativamente mejor», insistió, eludiendo las críticas populares, entre ellas, a la «mayor fractura» que la nueva legislación está provocando en el mercado de trabajo.
Por otra parte, tras la toma de posesión de sus altos cargos, Gómez también se refirió a otros aspectos que son «prioritarios» para su departamento. Entre ellos destacó la reforma de las pensiones, para la que apostó por lograr consenso tanto político como social; la de la negociación colectiva entre sindicatos y empresarios o la de las políticas activas de empleo. Sobre esta última, el ministro subrayó que es preciso rediseñarla para que esté lista a finales de enero.
Tanto Gómez como la nueva secretaria de Estado de Empleo, María Luz Rodríguez, destacaron la importancia de políticas activas de empleo eficaces, que optimicen los recursos que se destinan a recolocar en el mercado laboral a quienes buscan trabajo. Así, Rodríguez resaltó la importancia de «encajar mejor» la competencia normativa del Estado en la materia y el desarrollo posterior que de ella hacen las comunidades, de modo que se preserve la unidad a través de una «carta de servicio común» y una estrategia y metodología nacional que fije los objetivos a alcanzar.