La sangría de explotaciones lácteas no se detiene en Galicia. La crisis de precios se llevó por delante más de mil granjas en la comunidad. Así, a finales de diciembre del 2009 se contaban en la comunidad 12.136 explotaciones ganaderas, frente a las 13.182 que se registraban doce meses antes. Un goteo de desapariciones que resulta más evidente si se tiene en cuenta que en el 2007 había a su vez 800 explotaciones más en la comunidad autónoma que a finales del 2008, una situación que denunció ayer el sindicato Xóvenes Agricultores (XX.AA.), que, además, puso el acento en las condiciones de jubilación de muchos propietarios de granjas.
El secretario xeral técnico de esta organización agraria, Xan Pérez Orozco, relacionó directamente la crisis con el cierre de las explotaciones. En este sentido, subrayó que en el 2007 el precio medio de la leche hizo concebir a los productores unas previsiones optimistas de ingresos de cara al 2008 que, finalmente, se vieron truncadas por el incremento de los costes de producción, por el encarecimientos de los concentrados y forrajes.
Producir un litro de leche en Galicia resulta en muchas ocasiones más caro que venderlo. La falta de generalización de contratos homologados para regular la venta -aunque estos se van abriendo paso en el sector-, y el hecho de que los propios productores desconozcan en ocasiones el precio que se les va a pagar por la leche dio al traste con las expectativas generadas en su momento por los que pensaban remontar la crisis de precios.
El coste más significativo en la producción láctea es la alimentación del ganado, que supone algo más de la mitad del gasto global, si bien con frecuencia explotaciones con las mismas vacas arrojan resultados distintos, lo que revela la importancia de la gestión de la superficie que, en ocasiones, acaba por marcar la diferencia.
En Galicia, el 12% de las explotaciones -con más de 300 toneladas de cuota- producen el 40% de la leche gallega. El 80% de sus ingresos globales están vinculados a la venta de este producto. El 20% restante corresponde a subvenciones, ventas de ganado e indemnizaciones y otros, según fuentes del sector cooperativo, cuyos datos de desaparición de explotaciones coinciden con los de XX.?AA.
Jubilación
Al cierre de explotaciones se suman unas condiciones de jubilación peores que hace unos años. Antes, una vez que el ganadero alcanzaba los 65 años, podía vender la cuota que tenía asignada a otro profesional, o bien traspasarla al Ministerio de Medio Rural, lo que le reportaba unos ingresos complementarios en el momento de jubilarse. El Ministerio volvía después a revender esa cuota a los ganaderos interesados en adquirirla, tras haber puesto en marcha un plan de abandono.
El sistema dejaba al ganadero una jubilación que apenas llegaba a los 600 euros -según los años cotizados- y una cantidad que cobraba de una vez por la venta de una cuota que ya no precisaba.
Pero las cosas han cambiado. Hace ya dos años que Medio Rural no recurre a los planes de abandono y los que se jubilan no siempre lo hacen en las condiciones más dignas posibles, según denuncia Xóvenes Agricultores. «Como non hai demanda de cota, porque cos incrementos que nos dan e os abandonos non hai supertaxa, e non vai haber retencións aínda que o gandeiro se exceda, polo que non haberá multa, isto é o sálvese quen poida», subrayó Xan Pérez Orozco. El Ministerio de Medio Rural «ten máis de 300.000 toneladas na reserva sen distribuír», comentó.
El secretario xeral técnico del sindicato agrario recalcó que en el último reparto que hubo se adjudicó cuota a 1.200 explotaciones españolas, de las que 914 eran gallegas. De los ganaderos que excedieron la cuota a finales del pasado año, de un total de 2.398 explotaciones, 1.582 operaban en Galicia. «Os gandeiros teñen un gran problema, porque non hai aberto ningún plan de abandono de cota láctea», con lo que solo les queda como salida optar por una suerte de «aluguer», que acabaría en fracaso porque «non se paga nada», incidió Pérez Orozco.