El ex presidente de AIG aprovecha el rescate para hacerle la competencia

Victoria Toro

ECONOMÍA

28 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Maurice Greenberg, quien llevó las riendas de la aseguradora AIG durante 40 años, se ha embarcado ahora en la creación de una nueva compañía para competir directamente con su antigua casa. La decisión, que, en otras circunstancias, debería haber pasado a engrosar la lista de anécdotas y curiosidades del mundo financiero estadounidense, ha levantado una gran polvareda. Y es que AIG estuvo el año pasado al borde del abismo y, aunque Greenberg ya no estaba a los mandos de la aseguradora, todas las voces lo apuntaron como culpable en buena medida del desastre. El Gobierno tuvo que intervenir para evitar la bancarrota, inyectando en la firma la mayor cantidad de dinero público puesta nunca a disposición de una empresa privada: 170.000 millones de dólares. Una cifra de escándalo que el Ejecutivo norteamericano espera poder recuperar algún día. Pero la maniobra podría complicar las aspiraciones gubernamentales. La nueva compañía del magnate, CV Starr, no ha recibido ninguna ayuda pública y no tiene que cumplir las limitaciones impuestas por las autoridades a las firmas rescatadas, sobre todo en lo tocante a los sueldos que perciben sus directivos. Según publicaba ayer The New York Times , Greenberg está dedicando buena parte de sus esfuerzos y de su dinero a atraer hacia CV Starr a los mejores ejecutivos de AIG, a los que ofrece salarios más jugosos. Así las cosas, la posición de AIG ante su nuevo rival es, cuanto menos, delicada. Si como consecuencia de esta competencia los beneficios de la que fue la mayor aseguradora del mundo se resienten, las dificultades para devolver los fondos recibidos del erario serán mayores. Greenberg no ha querido entrar en la polémica, aunque sí ha terciado su abogado, Lee Wolosky, quien asegura que la intención de su cliente no es la de socavar la viabilidad de AIG. «Él levantó AIG y quiere que tenga éxito», comentó Wolosky en declaraciones al The New York Times . Y añadió que, además, Greenberg sigue siendo el mayor accionista de la firma, sin contar al Gobierno estadounidense. No obstante, reconoció que es cierto que la nueva compañía está contratando a personal de AIG. Que las intenciones del antiguo patrón son las de levantar un nuevo imperio no pueden ser más evidentes. Hace un par de semanas arrendó en el corazón de Manhattan, en la exclusiva Park Avenue, tres inmensas oficinas, una de ellas perteneciente en su día a Lehman Brothers, otra de las grandes víctimas del huracán financiero.