Creará una agencia de protección del consumidor dentro de la mayor reforma desde la Gran Depresión
18 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Prevenir es curar. Bajo esta máxima presentó ayer en Washington su nuevo plan de supervisión financiera el presidente estadounidense, Barack Obama. El programa de reformas, el más ambicioso desde el llevado a cabo tras la Gran Depresión, persigue, sobre todo, otorgar más poder al Gobierno en la supervisión y control de los bancos, así como avanzar en la protección de los consumidores y poner coto a los productos financieros exóticos. A continuación se detallan los puntos fundamentales del cambio propuesto por Obama. Activos de riesgo. La Administración creará un Consejo de Supervisión Financiera, bajo el control del Tesoro, cuya misión principal consistirá en controlar los activos de riesgo que circulan en el mercado. La Reserva Federal también aumentará sus competencias en en este capítulo. Además, y al igual que ocurre ahora en España, los bancos estarán obligados a incrementar las reservas de capital con el objeto de poder hacer frente a eventuales crisis. Intervención de entidades. El Gobierno tendrá poderes extraordinarios que le permitirán actuar siempre que un banco esté al borde del colapso y su caída amenace al resto del sistema. Además de poder intervenir en la banca, el Ejecutivo tendrá también potestad para tomar las riendas de otro tipo de entidades financieras que ahora están fuera de su alcance, como los fondos de inversión u otras firmas privadas. Intereses de los consumidores. Con el objeto de evitar que miles de ciudadanos vuelvan a ver cómo se evaporan sus ahorros por la mala gestión de algunos altos ejecutivos, Obama creará la Agencia de Protección Financiera del Consumidor. Este organismo intentará velar por los intereses de aquellas personas que han solicitado un préstamo o utilizan una tarjeta de crédito. Para explicar el funcionamiento de esta entidad, el propio presidente estadounidense utilizó no hace mucho una metáfora: «Cuando tú te compras una tostadora existe una ley que dice que esta tiene que funcionar. Sin embargo, si pides un crédito no hay ninguna regla que establezca que no te puede explotar en la cara. Esto será una forma de regularlo». Aplicación global. El deseo de Barack Obama es que todas estas medidas puedan aplicarse también a nivel internacional, ya que, según ha declarado en más de una ocasión, «Estados Unidos no puede ser el único en apretarse el cinturón en tiempos de crisis».
A la espera de conocer si los deseos proteccionistas del presidente estadounidense consiguen cruzar el Atlántico, el primer obstáculo para el plan del Gobierno se encuentra a partir de ahora en el Congreso de su país, donde, incluso antes de conocer su contenido, ya ha recabado duras críticas de los republicanos.