Altos ejecutivos del banco de negocios estadounidense Merrill Lynch se repartieron a escondidas casi 3.600 millones de dólares (unos 2.800 millones de euros) en primas, después de que la entidad tuviese que ser rescatada por el Gobierno y de que sus responsables declararan que se encontraba al borde de la quiebra.
La noticia, revelada ayer por el periódico The New York Times , es el último capítulo de la larga lista de escándalos protagonizados por directivos de Wall Street, quienes en los últimos meses podrían haberse repartido primas por valor de 18.000 millones de dólares. Una actitud considerada como una falta total de sensibilidad ante el actual caos financiero, así como un burla a los propios contribuyentes. Precisamente para rendir cuentas de este tipo de acciones acudieron ayer al Senado los directivos de ocho de los bancos más importantes del país. La comparecencia, solicitada por la Cámara alta, tenía como objetivo determinar cuál ha sido el destino de los 700.000 millones de dólares inyectados por el Estado en los bancos, sobre todo, después de que el Ejecutivo de Obama haya anunciado que se gastará como mínimo otros 1,5 billones de dólares para estabilizar el vapuleado sistema financiero del país.
«Queremos saber dónde a ido a parar el dinero» comenzaba sin premisas el demócrata Paul Kanjosrki ante unos ejecutivos cabizbajos y arrepentidos que prometían justificar cada uno de los peniques. «El pueblo nos ha dado su confianza y se merece lo mejor de nosotros», aseguró Ken Lewis presidente del Bank of America. Esta entidad, es precisamente una de las más afectadas por la falta de confianza de sus conciudadanos, después de que el escándalo de Merrill Lynch haya salpicado su credibilidad. Según lo publicado por la prensa, al menos 696 ejecutivos del banco de inversiones habrían recibido primas de manera secreta y a espaldas del Gobierno poco antes de que la entidad fuese absorbida por el Bank of America. El reparto del dinero, que se habría llevado a cabo con la complicidad de los nuevos dueños, fue posible porque se adelantó el pago de las primas para que no coincidiese con el proceso de absorción.
Es por eso, y para distanciarse de polémicas así, que los directivos del Bank of America, como el resto de los banqueros presentes ayer en el Senado, prometieron a su Gobierno una austeridad sin precedentes. En este sentido, Citigroup aseguró ayer que está dispuesto a rebajar hasta un dólar sin bonus el sueldo de todos los miembros de la junta directiva hasta que el banco vuelva a ganar dinero. Además, y según el máximo responsable de la entidad, Vikram Pandit, la firma no gastará ni un solo dólar más en la compra de jets o apartamentos como un símbolo de respeto al Ejecutivo.
Plan de estímulo
Mientras tanto, los líderes demócratas y republicanos anunciaron ayer un acuerdo sobre el plan de estímulo económico que pide el presidente Barack Obama, que asciende a 789.000 millones de dólares y que podría votarse hoy mismo. Tras una ronda de intensas negociaciones, los líderes de ambas cámaras lograron «cerrar las diferencias» y alcanzar un pacto que «es fiel» a las metas de crear millones de empleos, dijo el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid.