Merkel critica la cláusula del plan anticrisis de Obama que obliga a comprar productos de Estados Unidos

Agencias

ECONOMÍA

04 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La canciller alemana Angela Merkel lanzó ayer una clara advertencia sobre los impulsos proteccionistas de EE.?UU., después de que la Cámara de Representantes estadounidense haya propuesto la inclusión de una cláusula en favor de la compra de productos locales, como parte del plan de estímulo impulsado por el presidente Barack Obama.

«Debemos evitar el proteccionismo», afirmó Merkel en una rueda de prensa, añadiendo que había hablado por teléfono con Obama sobre este asunto. «Es una respuesta equivocada» a la crisis económica internacional, añadió la canciller, interrogada sobre las consecuencias que tendría la adopción definitiva de esa cláusula.

Uno de los artículos del nuevo programa anticrisis de Estados Unidos propone la prohibición de comprar hierro o acero extranjero para llevar a cabo los proyectos de infraestructuras que se financien a través del plan de estímulo, a menos que la oferta de acero estadounidense sea insuficiente o que su precio aumente la factura final en más de un 25%.

La disposición no ha pasado desapercibida en el extranjero, donde son muchos los que la ven como una violación de las reglas de libre comercio establecidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC). De hecho, la Comisión Europea ya ha advertido que no se quedará con «los brazos cruzados» si la cláusula permanece en el texto final.

Canadá y Francia se han mostrado inquietas ante la medida, e Italia se está planteando la posibilidad de presentar una queja ante la OMC. La cuestión es especialmente sensible en Alemania, primer exportador mundial, gracias sobre todo a la fortaleza de su industria siderúrgica (varios de los pesos pesados del sector a nivel internacional son germanos).

El proyecto, impulsado por el nuevo presidente estadounidense y dotado con 825.000 millones de dólares (casi 650.000 millones de euros), ha recibido ya el visto bueno del Congreso y ahora está ya en manos del Senado estadounidense, donde se enfrenta a la fuerte oposición de la minoría republicana.