En tiempos de escasez y carestía petrolífera, la apuesta por los vehículos eléctricos sube enteros más que nunca en los países latinoamericanos
03 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Rodeada de altas cumbres, Santiago de Chile es una de las ciudades más contaminadas del mundo debido a su ubicación geográfica. Otras capitales americanas también padecen una deficiente calidad ambiental por culpa de los envejecidos parques automovilísticos. En tiempos de escasez y carestía petrolífera, la apuesta por los vehículos eléctricos sube enteros más que nunca en Sudamérica. Esa es la conclusión a la que ha llegado la empresa energética española Endesa que, a través de una filial, distribuirá en la región un coche eléctrico que esta semana fue presentado en la capital chilena.
El auto se llama Reva, fue diseñado en EE.?UU. y se fabrica en la India desde el 2001, distribuyéndose hasta ahora en los mercados estadounidense, asiático y europeo. Londres es una de las ciudades donde este citycar ha tenido más aceptación. A España llegó hace un año, pero todavía sin mucho éxito ya que solo se han vendido unas 40 unidades, lo que la empresa comercializadora, Marfina, atribuye al poco apoyo de las Administraciones y a la escasez de puntos de recarga en las ciudades.
En Chile, el precio del Reva será un poco más bajo que los 11.350 euros que cuesta el modelo básico en España. Endesa lo distribuirá en Sudamérica a través de su filial Compañía Americana de Multiservicios (CAM), con presencia en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú, países donde el Reva también será lanzado durante este año.
Sin duda, la novedad es que sea una multinacional del sector eléctrico como Endesa la que se implique en la venta de un vehículo de estas características. El director de márketing regional de CAM, Rafael Ferrer, explica a La Voz de Galicia que la empresa firmó un contrato de exclusividad con el fabricante del Reva para venderlo en Sudamérica «directamente o a través de concesionarios». El coche está actualmente en proceso de homologación ante las autoridades de tráfico locales, pero Ferrer prevé que este año ya pueda circular en los países donde CAM tiene delegaciones, salvo en Argentina, donde no se distribuirá por el momento.
«El Reva contribuye a la descontaminación de las ciudades y su eficiencia energética es mayor que la de un coche de gasolina», explica Ferrer. El pequeño auto (2,6 metros de largo por 1,3 de ancho y 1,5 de alto) consume una energía de 9 o 10 KWh por cada recarga de sus ocho baterías, lo que equivale aproximadamente a un euro, dinero con el que se pueden recorrer 80 km, que es la autonomía del vehículo. Diseñado para su uso en la ciudad, la potencia de este coche eléctrico equivale a 18 CV de un motor a combustión. Suficiente para los habituales atascos urbanos. La velocidad máxima es de 80 km/h.
El punto débil de los coches eléctricos sigue siendo la infraestructura de recarga en las ciudades, a pesar de que el Reva puede conectarse a cualquier enchufe eléctrico doméstico para cargar el 80% de sus baterías en dos horas y media. La recarga total consume ocho horas y las baterías tienen una vida de unas 600 recargas. No obstante, llegar de la mano de CAM supone una ventaja adicional, ya que el negocio de esta filial de Endesa radica en la construcción y venta de todo tipo de servicios e infraestructuras eléctricas. «La idea es que a corto plazo los compradores del Reva lo carguen en su casa y cuando haya una masa crítica de autos vendidos construir estaciones de recarga», dice Ferrer.
En cualquier caso, la mayor ventaja de los coches eléctricos radica en el beneficio social, en forma de menor polución en ciudades como la capital de Chile, donde se puede cortar con un cuchillo. «La contaminación del aire que sufre Santiago requiere de soluciones de avanzada, creativas, y sobre todo eficientes», dice Klaus Winkler, director general de la Compañía Americana de Multiservicios.