Los Veintisiete acuerdan no gastar más de lo necesario para garantizar el modelo social

Estefanía Narrillos

ECONOMÍA

Solbes reconoce ante sus colegas que el gasto en España es relativamente bajo

06 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) estuvieron ayer de acuerdo en que es necesario mejorar la eficiencia del gasto para garantizar la viabilidad futura del modelo social europeo, a la vista, especialmente, de la presión creciente que generará a las arcas públicas el envejecimiento de la población. Los representantes de los Veintisiete, reunidos de manera informal en Eslovenia, discutieron las reformas que hay que aplicar en el gasto público para no poner en riesgo el Estado de bienestar.

El ministro esloveno, Andrej Bajuk, precisó que no se trata de definir un enfoque único para todos los Estados miembros, pues las diferencias en la estructura del gasto público son muy diferentes, pero sí consideró útil establecer unos criterios de reforma «a los que todos podemos prestar atención». El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, explicó que el objetivo es que «el dinero de los contribuyentes se utilice lo mejor posible» y evitar «gastar más de lo necesario». En opinión de Almunia, el modelo social europeo puede mantenerse, pero para ello «debemos mejorar la gestión del gasto».

Bruselas propone, como principios generales, dar prioridad al impulso del empleo y la formación del capital humano, diseñar una administración pública más eficiente y evitar que los sistemas de protección social desincentiven la búsqueda de trabajo. La información facilitada por la Comisión Europea muestra claramente las divergencias a las que aludió Bajuk entre los Veintisiete, ya que el peso del gasto social en el PIB oscila entre el 13% en Letonia y el 33% de Suecia. Según estos datos, correspondientes a 2005, el gasto social equivale al 20,8% del PIB, porcentaje inferior a la media comunitaria del 27,2%. También hay grandes diferencias en la eficiencia de ese gasto, en capítulos tan relevantes como las pensiones, la atención sanitaria, la prestación por desempleo y las ayudas a la familia, pero Bajuk insistió en que, aunque siempre hay margen para la mejora, no existe una única receta aplicable a todos los Estados miembros.

Los ministros se mostraron, por eso, favorables a impulsar el intercambio de buenas prácticas y, sobre todo, a evaluar la calidad de los servicios y prestaciones obtenidos por los ciudadanos. En ese punto, puede resultar útil, señalaron, recurrir a organismos externos de evaluación para mejorar la efectividad del gasto y también su sostenibilidad futura.

Por parte española, el vicepresidente segundo en funciones, Pedro Solbes, transmitió a sus colegas que, aunque el gasto social sigue siendo en España relativamente bajo respecto a la media europea, ha aumentado en los últimos años. Precisó que estas comparaciones no tienen en cuenta las ayudas fiscales a la familia vigentes en España, un elemento clave de la política social.

Aprovechando la reunión, varias decenas de miles de trabajadores, convocados por la Confederación Europea de Sindicatos, se manifestaron para exigir aumentos salariales que compensen las subidas de precios de los últimos meses. La protesta tuvo lugar un día después de que las máximas autoridades económicas de la UE insistieran en que la mejor receta para frenar la inflación es la contención de los salarios. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, calificó de «escándalo» el aumento de las rentas de capital.