El volantero francés Okata , de capital gallego y con base en A Coruña, fue apresado el pasado viernes por una patrullera francesa de vigilancia marítima. Según las autoridades del país, el pesquero de la empresa Velay Pêcheries incumplía las normas de pesca comunitarias. En concreto, la malla de unos aparejos nuevos poseía unas dimensiones inferiores a las permitidas por el reglamento europeo, lo que negó tajantemente el patrón del barco. «¿Qué culpa tengo yo si se trata de un fallo de la fábrica?», explicó José, el patrón del volantero. «Nosotros creíamos que estos aparejos eran reglamentarios».
Ese moderno volantero de doble casco mide 21,4 metros de eslora y está integrado por una experimentada tripulación constituida por un patrón de pesca gallego, un capitán francés, así como un motorista y diez marineros portugueses. Cuando fue apresado, el barco llevaba ocho días de mar y todo auguraba una prometedora campaña. Acumulaba 14 toneladas de merluza fresca en sus bodegas.
Sin embargo, las cosas no ocurrieron como se esperaban. El apresamiento tuvo lugar el viernes, cuando el pesquero se encontraba faenando en el caladero de Rochebonne. En un determinado momento, el volantero fue abordado por la patrullera Iris con la intención de realizar una inspección de rutina. Según consta en la denuncia de las autoridades, durante esta revisión detectaron ciertas deficiencias en un aparejo, lo que que llevó a la detención del buque. No obstante, señalaron también que todos los datos del diario de pesca se encontraban en regla, con las debidas anotaciones realizadas.
A la espera de que hoy se celebre el jucio, el barco permanece amarrado en el puerto de La Rochela. Las capturas que llevaba en la bodega fueron embargadas para financiar el futuro aval, que posibilitará la vuelta del pesquero al mar.