La CIG le disputa a CC.OO. ser la segunda fuerza sindical gallega

ECONOMÍA

17 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El sindicalismo nacionalista libra un ajustado pulso con Comisiones Obreras para afianzarse como la segunda fuerza de Galicia en la representación de los trabajadores. El proceso de elecciones en las empresas gallegas, que dura cuatro años, se inició en diciembre del 2003 y concluyó el mes pasado. Los primeros resultados provisionales apuntan a que la CIG se colocaría, por vez primera en su historia, en el segundo puesto. Eso es lo que reflejan los datos aportados por la organización nacionalista, pero también por UGT, sindicato que se consolida como la fuerza con más delegados.

Al ver que ambas centrales difundían ayer información coincidente sobre las elecciones, Comisiones Obreras decidió aportar su balance, en el que se coloca en el segundo puesto con el 28,55% de representación, frente al 28,44% de la CIG. El sindicato explicó ayer que, por ahora, las cifras son «provisionales» y que habrá que esperar a que la dirección xeral de Traballo divulgue la información oficial.

«Nós non podemos determinar agora quen é a segunda forza; pensamos que podería haber un empate técnico», aclaró ayer a este periódico Xan María Castro, secretario xeral de CC.OO.

Las discrepancias

Los balances que cada cuatro años difunden las organizaciones sindicales sobre las elecciones en las empresas son una fuente tradicional de controversia. La primera pregunta que surge es por qué se ofrecen cifras que no coinciden. Fuentes consultadas han revelado que, algunas veces, se incluyen en los datos provisionales procesos electorales que están todavía impugnados. «Nós pensamos que as actas están aí e non se poden manipular: polo reconto feito pasamos a ser a segunda forza sindical galega e os cambios que poda haber polos recursos non van a afectar ao resultado final, que podemos calificar de histórico», explicó ayer Xesús Seixo, líder del sindicalismo nacionalista.

Con independencia de los resultados que difunda oficialmente la Consellería de Traballo dentro de dos semanas, lo que sí parece claro es que el nivel de representación de la CIG en las empresas gallegas ha crecido de forma considerable en los últimos cuatro años. En el 2003 era, con rotunda claridad, la tercera fuerza. Y ahora pelea con Comisiones Obreras por el segundo puesto. Así lo reconocía ayer el propio secretario xeral de la organización, Xan María Castro: «É evidente que a CIG sube bastante».

Las causas

El sindicato que lidera Seixo tenía hace cuatro años 4.594 delegados, lo que suponía un 26,2% de la representación. Ahora obtendría, según diferentes fuentes, entre 700 y 800 más, es decir, que su presencia en las empresas crecería más de dos puntos en términos relativos.

La CIG se ha granjeado en los últimos años la imagen de sindicato combativo, que en medios patronales se llegó a bautizar como «de barricada». La agresividad en la que derivaron algunos conflictos laborales ayudó a extender esta idea. Sin embargo, Seixo considera que la organización que representa ha sido víctima de acusaciones injustificadas y cree que, ahora, los asalariados empiezan a premiar la labor desempeñada por la CIG.

«Nós representamos un sindicalismo galego, reivindicativo, de base, participativo e independente do poder: nós non estamos a firmar subas salariais do 2% que van contra os intereses da clase traballadora e que consolidan a perda de poder adquisitivo; así parece que o entenden os asalariados e asalariadas galegas», explicó ayer el secretario xeral de la CIG durante una comparecencia.

Críticas al bipartito

El sindicalismo nacionalista también se ha desmarcado de Comisiones y de UGT en el proceso de diálogo social abierto en Galicia desde que gobierna el bipartito. La CIG entiende que se trata de un acuerdo caracterizado por el bombo y el márketing, en el que no se están tomando decisiones de calado que contribuyan a transformar el mercado laboral de la comunidad.

Visiblemente satisfecho, el líder de la CIG se prodigó ayer en explicaciones sobre los resultados electorales y sobre la realidad que caracteriza a la representación de los trabajadores en Galicia. Una actitud que contrastó con la adoptada por Comisiones Obreras, que prefirió no extenderse en valoraciones a la espera de los datos oficiales.

UGT Galicia, por su parte, se desmarcó con un mensaje victorioso. «No proceso eleitoral 2003-2007, que finalizou o pasado mes de decembro, a nosa organización revalidou o seu triunfo, que a coloca como primeira forza sindical, o que demostra a confianza depositada polos traballadores en nós», precisó José Antonio Gómez.

El secretario general de la organización discrepa de la hipótesis que maneja Xesús Seixo sobre la supuesta penalización aplicada por los trabajadores al sindicalismo de ámbito estatal.

«A nosa victoria neste proceso permítenos distanciarnos nestas eleccións nun 2,87% respecto da segunda forza sindical, dobrando a distancia que había no 2003: somos o primeiro sindicato en nove das 15 comarcas galegas», detalló ayer el líder de UGT Galicia.