La felicidad de Paco Herrera ayer era la de todo el grupo celeste. A pesar de eso, a estos ocho días fantásticos de su equipo, el técnico le puso algún pero por la fragilidad que volvió a mostrar atrás.
«Se podía pedir un poquito más. No en cuanto a puntos, pero sí en consistencia defensiva. Empezamos muy bien, pero el primer gol hizo que nos durmiésemos. El Villarreal B lo ha hecho muy bien. Luego puede que a ellos les haya ocurrido lo mismo, porque nuestro equipo ha vuelto a tener amor propio. Me quedo con la búsqueda del gol y que hayamos ido a por el partido», comenzó diciendo el entrenador céltico.
Destacó también la importancia de los puntos, y no hubiese entendido que se fuese de esta jornada sin haber puntuado. «Estábamos extrañados con las cuatro o cinco veces en las que Iago no pudo marcar, al final la conclusión es que no se nos puede dar mejor una semana. Somos cuartos y logramos no perder el hilo de estar arriba». A pesar de esta valoración, no escondió que el empate también hubiese hecho justicia a lo sucedido en el terreno de juego. «Siempre que marques un gol en el minuto 93 no te acuerdas de los méritos del rival. El día del Elche y Las Palmas dije que era injusto que nos ocurriese. Puede que a pesar de todos nuestros méritos, un empate no hubiese sido injusto. En el arranque de la segunda parte nos estábamos suicidando».
En sus palabras no pudo dejar a un lado la actuación de Iago Aspas porque destacó que «podía haber hecho cinco goles y todos con remates parecidos. Para mí no es una duda en sus características. La gente habla de lo que le faltaba, pero ahora es un futbolista serio y que juega para el equipo. En él ya está primando el ser práctico y efectivo. Antes entre un gol y una rabona elegía lo segundo».
No quiso olvidarse de la importancia del grupo y por eso subrayó el papel de los que había entrado en la segunda parte. «David nos ha dado mucha profundidad cuando estuvo en el campo. Orellana se va acoplando poco a poco, igual que Joan Tomás. Todos se están ganando el jugar desde el principio. Ahora el problema es cómo gestionarlo y que todos estén con alegría. Necesitamos estar todos comprometidos».