Iván González ya se ganó durante la temporada el calificativo de comodín de Quique Setién para el ataque del Lugo, por su capacidad para desempeñarse en cualquiera de las demarcaciones adelantadas rojiblancas. En los tres últimos encuentros, los correspondientes a la fase de ascenso, lo ha dejado bien patente: ha jugado como interior derecho, como media punta y como interior izquierdo.
Conoce a la perfección el carril del ocho y el del diez, aunque su puesto preferido sea el de acompañante del delantero centro. En Murcia, Iván jugó como avanzado por la banda diestra. En el encuentro de vuelta contra los pimentoneros en el Ángel Carro, entró en la segunda mitad como media punta, en sustitución del lesionado Monti. Y también en la posición de enlace comenzó el pasado domingo contra el Alavés, para acabar evolucionando por la banda cuando Arroyo fue sustituido por Yago.
Más cómodo
«Es cierto que estoy más cómodo en la media punta, y el otro día salí ahí. Yo lo que trato es de colaborar», explica el de Noia, que se pone a disposición de Quique Setién para lo que decida en cuanto a las alineaciones: «Es el entrenador el que tiene que valorar dónde nos sitúa a cada uno. Y yo puedo decir que estoy contento de estar jugando».
Ante el Alavés fue el principal incordio ofensivo de los rojiblancos. Él tuvo en sus botas los mejores remates. Sobre todo dos: uno que atajó el portero, y otro en el que recortó al rival y su chut salió desviado por muy poco. «Es una pena que ese no hubiera entrado», lamenta Iván.
Motivación extra
Confiesa Iván que se encuentra hipermotivado para el encuentro de vuelta, como el resto de sus compañeros. Es especial, pues una fase de ascenso a la división de plata es novedosa para él, y le gustaría escribir con letras de oro un ascenso en su currículo.
De momento, deberán pasar esta segunda ronda. Y aunque no se moja a la hora de prever el planteamiento del Alavés, él tiene claro qué haría si estuviera en la piel del entrenador Tomé: «Yo no vendría a encerrarme, porque un gol sería muy importante».
Pero por si los vascos tuvieran la fortuna de conseguirlo («a veces hace falta muy poco para marcar», suele decir siempre Setién), la receta de Iván se ciñe con fidelidad a lo que el Lugo ya ha demostrado durante toda la temporada: «Si ganamos por 1-0, también valdría. Y si ellos nos hacen un tanto, nosotros sabemos responder. Estamos muy bien y muy motivados».