El Racing de Ferrol rescató a Kamate Dramane del clima prebélico de Costa de Marfil
14 ene 2011 . Actualizado a las 13:24 h.Cada dos días, Kamate Dramane llama desde Ferrol a su familia en Costa de Marfil. «Esta mañana me dijeron que están bien. Ayer fue un día intenso. En mi barrio, a veces hay tiroteos», explica el futbolista, a punto de fichar por el Racing, pero con la cabeza en su país, un paraíso rico en petróleo y cacao, pero cuyos recursos no evitan que esté en peligro de una nueva guerra civil, según los analistas. Las fuerzas de seguridad leales al presidente saliente, Laurent Gbagbo, se enfrentan a diario a los seguidores de su rival y ganador de las elecciones del 28 de noviembre, Alassane Ouattara.
La opción de probar de nuevo en el Racing de Ferrol salvó a Kamate Dramane de una posible guerra. «Todo lo que pasó tras las elecciones me ayudó a tomar la decisión. Pero yo quería venir igual», comenta el atacante, de veinticinco años y con experiencia en el fútbol chino y en el húngaro. En Abobó, su barrio de la capital del país, Abiyán, se volvió a decretar el miércoles el toque de queda. Nada nuevo allí. «Antes de venir a Ferrol no se podía ni salir a correr por ahí. En los tres meses anteriores a volver a España no se podía salir a la calle. Cada uno iba a lo suyo», comenta antes de explicar la realidad en su distrito.
«Es una zona conflictiva, con gente de los dos bandos, aunque existe una mayoría a favor de Ouattara. Tengo la esperanza de que mi país vaya a mejor si todos luchamos juntos», explica antes de aclarar que él no toma partido por ninguna opción política.
Treinta muertos en su distrito
Fue en Abobó, precisamente, donde el 18 de diciembre la policía de Gbagbo disparó contra una manifestación que terminó con una treintena de muertes. Solo unos días antes, Kamate salió en un avión de Abiyán.
«A veces pienso en todo lo que pasa en mi país, pero tengo que mirar adelante», comenta el futbolista, a punto de comprometerse con el Racing. Desde su casa, «a ocho minutos del estadio de A Malata, con todo lo que uno puede necesitar», se acuerda emocionado de su familia, cuatro hermanos, cuatro hermanas, su madre y su fallecido padre.
Pasado un tiempo tras las elecciones, y ahora que la comunidad internacional deja de prestar tanta atención a la situación marfileña, crece la incertidumbre. El presidente saliente, con el Ejército de su lado, ordenó hace un mes la salida de las fuerzas de paz de la ONU y francesas (Unoci), que fueron incluso atacadas por personas armadas. El legítimo ganador de las últimas presidenciales, Ouattara, vive sitiado en la habitación de un hotel, por cuyo helipuerto recibe visitas.
Según las Naciones Unidas, el número de fallecidos en los enfrentamientos registrados desde los comicios supera ya los doscientos.