No resulta fácil acostumbrarse. A lo largo de todo el lunes, solo a última hora me doy cuenta de que es noche de fútbol. Nada menos que ofreciendo partidos de «la mejor Liga del mundo», según siguen presumiendo algunos conocidos profesionales de los medios españoles. Todavía pudo escucharse anteanoche, anunciando el último partido de la jornada 15, de Primera, jugado en Mestalla, en donde el Osasuna terminó saliendo a flote al empatar (3-3) un partido soporífero en el primer tiempo e infumable en la segunda parte, debido a la mala calidad del juego de un Valencia que aspira a estar en la Champions y, jugando en su campo, se vio frenado por un Osasuna que, fuera de su casa, solo había conseguido un gol en ocho partidos y de una tacada marcó tres.
Si hacemos un repaso mental de los partidos ofrecidos a los aficionados españoles en este fin de semana, y tenemos en cuenta lo que pudo verse anteanoche en Mestalla, parece estar muy claro que la Liga española es cosa de dos, Barcelona y Madrid, con 18 equipos que les siguen sin bola para el título.
¿Cómo, pues, se puede presumir de tener en España la mejor Liga del mundo? Pregunten en Sevilla, Zaragoza, Gijón y, si tienen dudas, por aquí mismo.